El martes, el Tribunal Superior de Justicia denegó la petición de liberación de un preso palestino que lleva casi seis meses en huelga de hambre y cuyo abogado afirma que corre peligro de “muerte súbita”.
Khalil Awawdeh se está manifestando contra la práctica israelí de la detención administrativa, en la que personas sospechosas de terrorismo permanecen en prisión durante largos periodos sin ser acusadas ni juzgadas por un tribunal.
En fotografías recientes se le ve como un esqueleto humano, con la piel estirada sobre una estructura esquelética.
Israel afirma que requiere la detención administrativa para apartar a los sospechosos peligrosos de la sociedad sin revelar información secreta. Los palestinos y las organizaciones de derechos han dicho que esta práctica viola el derecho constitucional al debido proceso de los detenidos.
Según Ahlam Haddad, abogado de Awawdeh, este ha sido acusado por Israel de ser miembro del grupo terrorista palestino Yihad Islámica. En el marco de un alto el fuego que puso fin a un recrudecimiento de la violencia en Gaza a principios de este mes, la Yihad Islámica exigió su liberación sin nombrarlo específicamente como miembro del grupo.
Haddad afirma que Awawdeh, de 40 años, pesa 37 kilogramos y sufre daños neurológicos. Desde que comenzó la huelga en marzo, su familia dice que solo ha bebido agua, con la excepción de un periodo de dos semanas en junio, durante el cual tomó vitaminas porque pensaba que su caso se estaba resolviendo.

Haddad comentó: “Está en una etapa entre la vida y la muerte”. La literatura médica sugiere que “corre el riesgo de morir repentinamente”.
En su fallo emitido el martes, el tribunal expresó “la esperanza de que el peticionario entre en razón y abandone la huelga de hambre” y manifestó su confianza en que reciba la atención médica necesaria.
A pesar de que Israel ha suspendido su detención, sigue recluido en un hospital israelí.
En los últimos años, varios palestinos recluidos en régimen de detención administrativa han realizado largas huelgas de hambre para protestar por el trato recibido. Israel suele ponerlos en libertad cuando su salud se ha deteriorado considerablemente. Sin embargo, muchos detenidos han quedado con daños neurológicos permanentes.

Unos 4.400 palestinos están recluidos en estos momentos en cárceles israelíes. Esta cifra incluye tanto a extremistas violentos como a manifestantes o lanzadores de piedras que fueron detenidos. Todos ellos son considerados presos políticos por los palestinos.
En estos momentos hay unos 670 palestinos en régimen de detención administrativa. Desde marzo, cuando una serie de atentados mortales contra israelíes hizo que Israel lanzara redadas de detención casi diarias en Judea y Samaria, este número ha aumentado drásticamente.