A pesar de que se habla de un nuevo brote de COVID-19 y de que el número de casos activos ha pasado de 230 a 1.250 en tan solo 10 días, cabe destacar que las enfermedades graves y los fallecimientos continúan su tendencia a la baja, lo que significa que el país sigue estando bien a pesar de la vuelta de algunas restricciones.
En las últimas dos semanas solo ha habido una muerte por COVID-19 en Israel, y los casos graves se han reducido a solo 22 en todo el país. El pico de casos no ha afectado a estas cifras, en gran parte debido a que las vacunas protegen a las comunidades de riesgo y a que la mayoría de los casos se dan entre los jóvenes, que son menos vulnerables a la enfermedad grave.
Además, en los últimos 2-3 días el número de nuevos casos confirmados diarios y la tasa de positividad han ido disminuyendo lentamente.