Se espera que la abrasadora ola de calor en Israel se intensifique el domingo, con previsiones de temperaturas que superarán los 41 grados centígrados (105 Fahrenheit) en el norte y el sur del país.
En Jerusalén, la mayor ciudad de Israel, se espera que la máxima supere los 34 grados centígrados, mientras que en Tel Aviv se prevé que las temperaturas se mantengan en torno a los 33 grados hasta el miércoles. Más al norte, en Haifa, se estima que la máxima semanal se mantendrá en torno a los 31 grados.
Sin embargo, las temperaturas no muestran el panorama completo, ya que no tienen en cuenta los niveles de humedad – notoriamente altos en la costa mediterránea de Israel – ni la intensidad de la luz solar.
El servicio meteorológico del país utiliza un índice de incomodidad para obtener una relación elaborada del tiempo previsto. Se espera que el índice se sitúe en niveles entre moderados y fuertes en casi todo el país la próxima semana.
El servicio define un índice de malestar superior a 30 como “extremo”. Se prevé que esa cifra se alcance o supere durante varios días seguidos la semana que viene en Tiberíades, Beit She’an, Eilat, Ein Gedi, Afula y Kiryat Gat.
Mientras tanto, una ola de calor en el sur de Europa, alimentada por el aire caliente procedente de África, ha provocado incendios forestales en todo el Mediterráneo, incluso en Turquía, Líbano e Italia.
Los expertos dudan en asociar determinados episodios de clima extremo con el cambio climático. Pero la inesperada intensidad de algunos fenómenos del último mes, como las recientes inundaciones en Alemania, China e India, las repetidas olas de calor en Norteamérica y Oriente Medio, y la gran preponderancia de los fenómenos extremos, sugieren que el cambio climático está sobre nosotros.
Las emisiones de gases de efecto invernadero han seguido aumentando y los expertos advierten que son inevitables más aumentos de temperatura y olas de calor.