Japón solicita 292 millones de dólares para desarrollar un avión de guerra electrónica, con el fin de enfrentar las crecientes amenazas de Rusia, China y Corea del Norte.
Japón moderniza su flota con aviones de guerra electrónica de próxima generación
El Ministerio de Defensa de Japón ha anunciado el desarrollo de un avión de guerra electrónica basado en el Kawasaki P-1, un avión de patrulla marítima diseñado y fabricado localmente. El gobierno japonés ha solicitado un presupuesto de 292 millones de dólares para el año fiscal 2025, con el objetivo de adquirir esta nueva aeronave para la Fuerza de Autodefensa Marítima de Japón (JMSDF). Japón busca mejorar su capacidad para recopilar información sobre ondas electromagnéticas, necesaria tanto para interferencias como para protección electrónica, en un contexto de tensiones crecientes con Rusia, China y Corea del Norte.
La guerra en Ucrania ha resaltado la importancia de la guerra electrónica, evidenciada por los devastadores efectos de las acciones rusas en las comunicaciones y operaciones de drones ucranianos. Japón pretende integrar estas lecciones en su nuevo avión basado en el P-1. Esta decisión está influenciada también por el envejecimiento de las aeronaves multipropósito actuales, como el EP-3, cuya retirada es prevista para mediados de la década de 2020.
El documento presupuestario japonés menciona que ninguna de las aeronaves actuales cumple con los requisitos específicos de la JMSDF, y adquirir aviones de guerra electrónica del extranjero resulta inviable por motivos de seguridad nacional. El EP-3 es una versión del avión P-3C Orion, enfocado en inteligencia de señales y comunicaciones, pero Japón busca sustituirlo por un modelo más moderno.
Japón reemplaza el P-3C Orion con el P-1 como base de su nueva flota
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El P-1 voló por primera vez en 2007 y la JMSDF comenzó a recibirlo en 2013, con la intención de reemplazar los viejos P-3C Orion por aproximadamente 70 nuevos aviones P-1. Se espera que este nuevo avión de guerra electrónica, basado en el P-1, reemplace también al EP-3. La necesidad de modernización se ve acentuada por el aumento de los lanzamientos de misiles por parte de Corea del Norte, lo que requiere una mayor vigilancia de las emisiones de radar y comunicaciones de Pyongyang.
El Ministerio de Defensa de Japón también busca reducir los costos de desarrollo reutilizando investigaciones previas en aviones de recopilación de inteligencia electrónica. Según los informes, el nuevo avión proporcionará capacidades mejoradas para operaciones en el dominio electromagnético, contribuyendo a la defensa de Japón.
La imagen del futuro avión P-1 con capacidad de guerra electrónica, compartida en X por el Ministerio de Defensa, muestra múltiples antenas y radomos hemisféricos a lo largo del fuselaje, lo que refleja su nuevo rol especializado.
Kawasaki P-1: un avión diseñado específicamente para patrullaje marítimo
A diferencia del Boeing P-8 Poseidon, que se deriva de un avión comercial, el P-1 fue diseñado exclusivamente para el rol de patrullaje marítimo, con motores F7-10 desarrollados por IHI Corporation. Esta configuración de cuatro motores permite una mayor velocidad y altitud en comparación con su predecesor, el P-3C Orion, y proporciona una autonomía de vigilancia de hasta 10 horas.
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Equipado con tecnología avanzada, como control digital de motor (FADEC), el P-1 puede alcanzar velocidades de crucero de 830 km/h y una velocidad máxima de 996 km/h, lo que lo hace más rápido que los aviones anteriores. Su tecnología de control de vuelo mediante fibra óptica también reduce la interferencia electromagnética.
El avión cuenta con un radar de barrido electrónico activo HPS-106 de Toshiba, un sistema de visión infrarroja HAQ-2 de Fujitsu, un sistema de soporte electrónico de Mitsubishi Electric, y un sistema de enlaces de datos de Kawasaki, lo que refuerza sus capacidades electrónicas.
El desarrollo del P-1 y la búsqueda de clientes internacionales
Durante el desarrollo del programa “PX”, Japón decidió desarrollar el P-1 de manera independiente, a pesar de las conversaciones con Estados Unidos para colaborar en su Multi-Mission Aircraft (MMA). Japón determinó que los aviones extranjeros no cumplían con las especificaciones requeridas ni con el calendario de introducción necesario para sus necesidades.
Japón ha intentado, desde hace tiempo, encontrar compradores internacionales para el P-1. En 2017, Nueva Zelanda fue el primer país al que se le ofreció esta aeronave, junto con el C-2, otro avión de transporte desarrollado por Japón. Sin embargo, Nueva Zelanda finalmente seleccionó el P-8A Poseidon de Boeing.
En 2018, Japón también consideró a Francia y Tailandia como potenciales compradores del P-1, según informes de Reuters y The Diplomat. Hasta la fecha, Japón sigue explorando oportunidades para exportar su tecnología aeronáutica, con el objetivo de expandir su mercado internacional.
El papel del P-1 en la defensa aérea y marítima de Japón
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El P-1, con sus capacidades avanzadas de guerra electrónica y patrullaje marítimo, está destinado a jugar un papel clave en la defensa de Japón en los próximos años. Las crecientes tensiones en la región, especialmente con Corea del Norte y China, han impulsado a Japón a fortalecer su vigilancia y capacidades de interferencia electrónica.
El desarrollo de un avión de guerra electrónica basado en el P-1 refleja la estrategia de Japón para modernizar sus capacidades militares, aprovechando tecnología local y reduciendo su dependencia de importaciones extranjeras. Al centrarse en las capacidades de guerra electrónica, Japón se prepara para enfrentar desafíos en un entorno geopolítico cada vez más complejo.
Con la entrada en servicio de estos nuevos aviones, Japón busca mantener una ventaja tecnológica en la región, protegiendo su territorio y asegurando su soberanía frente a amenazas externas.