El nuevo director del Shin Bet, Ronen Bar, subrayó el miércoles que se ocuparía inmediatamente de las amenazas que emanan de Irán y sus proxys, así como de la ola de asesinatos en la comunidad árabe de Israel, en una ceremonia en la que asumió el cargo.
Bar sustituyó al jefe saliente, Nadav Argaman, que ha dirigido la agencia de seguridad nacional e inteligencia desde mayo de 2016.
“La amenaza central para la paz en la región, la media luna chiíta liderada por Irán, el motor del terror, el espionaje y la influencia seguirá siendo el centro de atención de la comunidad de inteligencia [israelí], incluida la agencia”, dijo Bar.
Y continuó: “en función de su papel y responsabilidad, la agencia actuará para frustrar esta amenaza desde cualquier lugar donde se identifique, dentro de Israel, fuera del país y en el ámbito cibernético”.
En cuanto a la oleada de asesinatos de israelíes-árabes, dijo que “después de revisar la cuestión, presentaremos un equilibrio adecuado entre nuestra contribución para reforzar la policía frente al aumento de la participación directa de la agencia. Tenemos claro que se trata de una misión nacional”, que requiere la participación de todos.
El primer ministro Naftali Bennett, que nombró a Bar el 1 de septiembre, dijo que “debemos avanzar hacia el objetivo en el que no haya lugar a dudas y en el que eliminemos del enemigo cualquier deseo de desafiarnos” con el terror u otras amenazas a la seguridad.
Bennett dijo que eligió a Bar porque sabe que “siempre tomaría la iniciativa y siempre encontraría la manera de explicar cómo es posible algo, y no por qué no es posible” en la lucha contra el terrorismo.
Argaman informó de que durante su mandato se frustraron 2.261 complots terroristas importantes, pero que 54 ciudadanos fueron asesinados y 529 complots terroristas importantes se llevaron a cabo.
Dijo que estaba orgulloso de los logros del Shin Bet, pero que el trabajo de la agencia nunca había terminado.