Israel pidió a Moldavia que proporcionara una ruta terrestre de emergencia para salir de Ucrania a judíos e israelíes en caso de una posible invasión rusa, al tiempo que instó a sus ciudadanos a abandonar el país ahora antes de que sea demasiado tarde.
El ministro de Asuntos Exteriores, Yair Lapid, habló el viernes con su homólogo moldavo, Nicu Popescu, sobre dicha ruta de escape.
También pidió a los 10.000 israelíes que se encuentran en Ucrania que evacuen ahora, antes de que estalle la violencia. Unos 3.500 ya han salido de Ucrania en avión o se han desplazado a los países vecinos.
También hay unos 200.000 judíos viviendo en Ucrania.
“Hay que hacer todo lo posible para que los israelíes entiendan que el rescate tardío puede ser complicado y peligroso”, tuiteó Lapid. “No hay necesidad de correr riesgos innecesarios”.
A primera hora de la mañana celebró una reunión en el Ministerio de Asuntos Exteriores para evaluar la situación y revisar los informes de inteligencia.
El ministro de Defensa ucraniano, Oleksii Reznikov, dijo el viernes en el Parlamento que creía que la posibilidad de una gran escalada con Rusia era baja.
“Nuestros servicios de inteligencia ven todos los movimientos que puedan suponer una amenaza potencial para Ucrania. Estimamos que la probabilidad de una escalada a gran escala es baja”, dijo Reznikov.
Dijo que Rusia había acumulado unos 149.000 soldados en torno a Ucrania y que se esperaba la llegada de otros miles en un futuro próximo. El aumento de las tropas rusas ha hecho temer a Occidente que invada Ucrania. Moscú niega tales planes.
El miércoles, el director general del Ministerio de Asuntos Exteriores, Alon Ushpiz, se puso en contacto con el viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Mikhail Bogdanov, para expresar su preocupación por los ciudadanos y diplomáticos israelíes en Ucrania.
Tras las informaciones de los medios de comunicación sobre la llamada que afirmaban que Jerusalén había pedido ayuda a Moscú para evacuar a los israelíes -lo que el Ministerio de Asuntos Exteriores desmintió-, el Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano convocó al embajador israelí en Kiev, Michael Brodsky, para pedirle una aclaración.
Brodsky dijo en la reunión que la llamada tenía dos objetivos: enviar un mensaje de desescalada y expresar la preocupación por la seguridad de los diplomáticos y emisarios israelíes.