El esperado programa de reforma alimentaria del Ministerio de Sanidad –diseñado para reducir la regulación y facilitar las importaciones protegiendo al mismo tiempo la salud pública– entrará en vigor el domingo.
La Dra. Sharon Elroy- Preis, jefa de la División de Salud Pública del ministerio, y Pnina Oren, jefa del Servicio Nacional de Alimentación, sostuvieron que la aplicación del programa era un “paso revolucionario basado en la adopción de una normativa europea uniforme y avanzada para eliminar las barreras a la importación de alimentos sensibles a Israel”.
La medida, añadieron, “permite a un importador que cumpla la norma de ‘importador adecuado’ pasar por un proceso rápido de salida del puerto y aumentar el control y la aplicación en los canales de comercialización”. A día de hoy, hay 97 importadores que ya han sido definidos como importadores adecuados y otros 21 están en proceso.
La adopción de una reglamentación alimentaria uniforme y avanzada, como la que se aplica en otros países, principalmente la Unión Europea, y la “desoficialización” de muchas normas alimentarias cuya supresión no perjudica a la salud pública, reducirán los trámites burocráticos y facilitarán las importaciones, manteniendo al mismo tiempo la salud pública.
Hasta la reforma, todo envío de un producto definido como sensible debía obtener un permiso de importación antes de llegar al puerto, y el envío era inspeccionado en el puerto. Ahora, los importadores registrados como “importadores adecuados” pueden pasar por la “Vía Verde” sin tener que obtener un permiso de importación para cada envío, sino que sólo se les exige declarar el contenido de la importación. Si se trata de alimentos producidos o comercializados en Europa, el envío saldrá automáticamente del puerto, y la supervisión y el control se llevarán a cabo en los canales de comercialización.

Supervisión digitalizada
El sistema de supervisión se ha digitalizado para que el seguimiento de la ruta de los alimentos importados permita detectar los problemas con rapidez y eficacia, según los funcionarios del Ministerio.
Se desarrollaron herramientas de formación y la adopción de requisitos de control de calidad en los procesos de importación y producción de alimentos en beneficio de la transparencia y accesibilidad de los procesos de control, supervisión y gestión de riesgos.
Entre los alimentos de alto riesgo excluidos de la reforma figuran los alimentos infantiles, los destinados a hospitales e instituciones sanitarias, los suplementos nutricionales y la importación de carne y sus productos derivados.
Un importador adecuado tendrá que aplicar su propio plan de seguridad alimentaria e inscribirse en el registro de importadores adecuados. Se trata de un estatus dinámico que se comprobará periódicamente. Un importador que no cumpla los requisitos de la reforma perderá su estatus y tendrá que volver a importar por la vía normal que exige inspecciones portuarias.
El ministerio está creando un amplio sistema administrativo de control en su sede central y en las oficinas locales del Servicio de Alimentación. La supervisión de los alimentos producidos localmente correrá a cargo de un “buen fabricante” y mediante la implantación de un sistema de autocontrol de la seguridad similar al del buen importador, incluida la obligación de todo fabricante de alimentos de llevar a cabo un sistema de autocontrol de la calidad en el lugar de producción.
Elroy-Preis afirmó que “una de las funciones del Ministerio es proteger la salud pública, y para ello es necesario regular. Nuestro trabajo es asegurarnos de que la normativa sea proporcionada y facilitarla siempre que sea posible, protegiendo al mismo tiempo la salud pública. Cuanto más facilitemos la importación de productos alimentarios y reduzcamos el exceso de reglamentación, podrían bajar los precios para el consumidor y bajar el coste de la vida”.
Oren concluyó que “por primera vez, hemos adoptado la normativa europea, declarando que el importador es responsable de lo que importa, y nosotros en el ministerio supervisamos y mantenemos la salud pública”.