Varios palestinos en una mezquita del Monte del Templo el martes por la mañana, hicieron sonar la sirena de alerta de cohetes por los altavoces del minarete, según la Radio del Ejército.
Hamás respondió a los disturbios en una declaración oficial a la agencia de noticias Shihab, diciendo que “la mezquita permanecerá en manos del Islam. Los sueños sionistas serán destrozados. El ocupante sionista no tiene lugar allí”.
Según los medios de comunicación palestinos, el líder del Movimiento Islámico del Norte, el jeque Raed Salah, habría acudido al Monte del Templo el martes por la mañana.
Este hecho se produce menos de una semana después de que un grupo provocara disturbios en la mezquita apodada Al Aqsa tras la oración del viernes por la mañana y lanzara piedras a los agentes de policía israelíes. Durante las horas siguientes, se detuvo a más de 470 alborotadores y, según la Media Luna Roja, 150 palestinos resultaron heridos, además de ocho agentes de la policía israelí.
El martes por la mañana se prorrogó oficialmente la detención de 20 sospechosos detenidos por la policía en los disturbios del domingo en la Ciudad Vieja de Jerusalén.
Algunos de los detenidos provocaron intencionadamente que los autobuses redujeran su velocidad, facilitando así que otros les lanzaran piedras. Otros fueron acusados de arrojar piedras a los autobuses y de lanzar piedras y fuegos artificiales a los agentes de policía y a los civiles desde los tejados de la Ciudad Vieja. Otros fueron acusados de atacar a los judíos que caminaban por la Ciudad Vieja.