Israel no tiene planes de evacuar a sus compatriotas de Kazajstán a pesar de los violentos disturbios que se producen allí, dijo el domingo un alto funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Hablando dos días después de que un joven israelí muriera por disparos en la antigua capital de Almaty, Gary Koren, que supervisa Kazajstán, dijo que Jerusalén creía que los disturbios se calmarían pronto.
“Creemos que no habrá necesidad de evacuar a los ciudadanos israelíes”, dijo Koren, subdirector de la división de Eurasia y Balcanes Occidentales del Ministerio de Asuntos Exteriores, en declaraciones a Army Radio.
Dijo que los funcionarios diplomáticos en Jerusalén y Astana habían evaluado que las autoridades estaban tomando el control de la situación.
“La mayor parte de Internet ha vuelto, y las tiendas y gasolineras están abriendo aquí y allá. Hay varias docenas de israelíes que viajaron allí para estudiar o trabajar y estamos en contacto con ellos”, dijo Koren.
El Ministerio de Asuntos Exteriores mantiene una advertencia de viaje para Kazajistán desde el jueves, día en que las tropas rusas entraron en el país para ayudar a sofocar los días de manifestaciones mortales que han sacudido la nación centroasiática.
Las peores protestas del país desde que se independizó de la Unión Soviética hace tres
Koren dijo a la Radio del Ejército que el cuerpo de Kogeashvili seguía en Kazajstán, ya que las autoridades aún no habían reabierto el aeropuerto de ese país.
Según los informes, Kogeashvili se había casado recientemente y tenía un hijo.
Según el sitio de noticias Walla, la familia de Kogeashvili dijo que viajaba en un coche de camino al trabajo cuando le dispararon, y añadió que el joven no estaba involucrado en las protestas.
Las tropas rusas entraron en Kazajistán el jueves después de que el presidente kazajo, Kassym-Jomart Tokayev, invocara la ayuda de una alianza militar dirigida por Rusia.
Al día siguiente, con las tropas rusas ayudando a restablecer el control del aeropuerto y vigilando los edificios gubernamentales, Tokayev ordenó a sus fuerzas que dispararan a matar a los manifestantes que no se rindieran.
El viernes, el Ministerio del Interior de Kazajstán informó de que las fuerzas de seguridad habían matado a 26 manifestantes durante los disturbios, que se intensificaron considerablemente el miércoles. Otros 26 resultaron heridos y más de 3.800 personas han sido detenidas. Se informó de la muerte de un total de 18 agentes de las fuerzas del orden y de más de 700 heridos. Las cifras no han podido ser verificadas de forma independiente.
Hace tres décadas, las peores protestas del país se iniciaron la semana pasada por la casi duplicación de los precios de un tipo de combustible para vehículos y se extendieron rápidamente por todo el país, reflejando un descontento más amplio con el régimen autoritario.
Decenas de personas han muerto en el tumulto, incluido Levan Kogeashvili, un israelí de 22 años que murió por disparos el viernes por la noche durante las violentas protestas en Almaty.
La semana pasada, los servicios de Internet y de telefonía móvil se vieron gravemente interrumpidos y a veces totalmente bloqueados en Kazajstán, lo que dificultó que se supiera lo que estaba ocurriendo dentro del país y que las imágenes de los disturbios llegaran al exterior.
No obstante, Koren destacó los estrechos vínculos de Israel con el régimen de Kazajistán.
“Tenemos buenas relaciones con Kazajstán, que incluyen vínculos políticos permanentes e importantes lazos económicos. El presidente Tokayev ya visitó Israel cuando era ministro de Asuntos Exteriores”.
Israel y Kazajistán forjaron lazos más estrechos en los últimos años, y el entonces primer ministro Benjamin Netanyahu realizó una visita oficial a la nación de Asia Oriental en 2016, donde se reunió con Tokayev. La visita de Netanyahu fue la primera de un primer ministro israelí en activo al país centroasiático.
Los dos países también mantienen estrechos vínculos económicos y tecnológicos, y Kazajistán es un cliente entusiasta de la tecnología israelí, especialmente en el ámbito de la ciberseguridad.
El mes pasado, Amnistía Internacional declaró que los teléfonos móviles de al menos cuatro activistas de la sociedad civil kazaja estaban infectados con el programa espía Pegasus, desarrollado por el grupo israelí NSO. NSO ha negado todas las acusaciones de ser responsable de lo que caracteriza como “uso indebido” de su tecnología.