El Ministerio de Protección del Medio Ambiente dijo a última hora del martes que se había detectado un presunto vertido de petróleo a unos 20 kilómetros de la costa de la ciudad central de Netanya.
El ministerio dijo que había sido informado de un presunto vertido después de que fuera detectado por los satélites utilizados por la Agencia Europea de Seguridad Marítima. Tras no poder detectar inicialmente el vertido, se encontró después de que el ministerio recibiera ayuda del Ministerio de Defensa, que envió vuelos de reconocimiento.
El presunto vertido se encuentra actualmente a unos 20 kilómetros (12 millas) de la costa mediterránea de Israel, dijo el ministerio, añadiendo que estaba trabajando para llevar a cabo una inspección más detallada para determinar la gravedad del incidente.
El ministerio no dio detalles sobre el tamaño, la gravedad o el origen del vertido, y se limitó a decir que informaría al público cuando fuera necesario.
El informe llega casi exactamente un año después de que el país sufriera una de sus peores catástrofes medioambientales cuando un enorme vertido de petróleo cubrió el Mediterráneo.
Israel se vio sorprendido el 18 de febrero cuando cantidades masivas de alquitrán empezaron a llegar a su costa tras un tiempo tormentoso, junto con el cadáver de un rorcual común de unos 17 metros de largo.
En los días siguientes, quedó claro que las playas de toda su costa mediterránea habían sido contaminadas y que la fauna había pagado un alto precio.
A raíz de la fuga, se suspendió temporalmente la venta de pescado del Mediterráneo y se cerraron las playas, reabriéndose las primeras 17 localidades el 7 de marzo. Miles de voluntarios se movilizaron para ayudar en la limpieza, que acaba de terminar.
El daño a largo plazo a los ecosistemas aún está por ver.
Las pruebas de una investigación realizada por el Ministerio de Protección Ambiental en su momento indicaron que la fuga de decenas de toneladas de crudo se produjo entre el 1 y el 2 de febrero, a unos 130 kilómetros (80 millas) en el mar, y procedía del petrolero Emerald, de propiedad siria, que no estaba asegurado. El Fondo Internacional de Indemnización por Contaminación por Hidrocarburos, con sede en Londres, ha acordado en principio el pago de los daños.