Los nueve niños y las dos madres liberados del cautiverio de Hamás y que fueron trasladados al Hospital Infantil Dana-Dwek del Centro Médico Sourasky de Tel Aviv se encuentran en un estado médico estable, según informa la profesora Ronit Lubetzky, jefa del departamento de pediatría del hospital.
Los principales problemas físicos que el equipo médico está tratando en los niños son ortopédicos y nutricionales. Sin mencionarlo directamente, Lubetzky alude al síndrome de realimentación, una condición que puede afectar a personas desnutridas si se les proporciona demasiada comida y bebida demasiado rápido durante su recuperación.
“Controlamos muy de cerca lo que ingieren. Puedo decir que cuando una de las chicas llegó y le preguntamos cómo se sentía, dijo que quería comerse una empanada. Hoy ha comido un poco de empanada y ha dicho que estaba bastante buena”, explicó Lubetzky.
“Antes de que llegaran Erez y Sahar Calderón, su madre Hadas dijo que tenía el presentimiento de que sus hijos pedirían yogur con granola y uvas. Efectivamente, eso es lo que pidieron a las 5 de la mañana”, añadió.
Además de las pruebas y controles fisiológicos en curso, los niños y sus familias están siendo sometidos a evaluaciones psicosociales. El hospital ha comenzado a coordinar la atención continuada de los antiguos rehenes con profesionales sanitarios de la comunidad, y se les dará el alta cuando estén preparados.