Tras ser abatido por los agentes de policía enviados al lugar de un tiroteo en una vivienda de la ciudad, un sospechoso de unos 30 años de edad sufrió importantes heridas en el transcurso de la noche del sábado al domingo en la localidad árabe costera de Jisr az-Zarqa, al norte de Cesarea.
La policía afirmó que, tras recibir una llamada a una vivienda de Jisr az-Zarqa en la que, al parecer, el sospechoso estaba disparando a los residentes, éste supuestamente apuntó con su arma a los policías. El sospechoso resultó herido cuando los agentes comenzaron a disparar, y fue atendido en el lugar por los paramédicos antes de ser trasladado al hospital.
Al parecer, la policía se incautó en el lugar de los hechos de un arma “Carlo”, también conocida como subfusil Carl Gustav, un arma automática primitiva de fabricación casera o artesanal.
La policía informó de que los agentes empezaron a investigar el tiroteo.
El incidente se produjo dos días después de que la policía respondiera a un tiroteo dirigido a una residencia en Nazaret el jueves por la noche. Durante el tiroteo, un sospechoso murió y otro resultó herido de gravedad.
Tras oír el ruido de las balas, los agentes que patrullaban la ciudad del norte, de mayoría árabe, se apresuraron a llegar al lugar del tiroteo y, al divisar un vehículo sospechoso, lo persiguieron, según las autoridades. La policía respondió a los disparos de los sospechosos en el coche disparando a dos de ellos.
Según las autoridades, otros dos individuos en el automóvil fueron detenidos. El coche también contenía tres rifles de asalto.
Omer Barlev, el ministro de Seguridad Pública, afirmó en un comunicado que el tiroteo tenía antecedentes penales, al tiempo que aplaudió la labor de la policía, que pudo detener a los delincuentes sin herir a ningún transeúnte inocente cercano.
Afirmó que la lucha contra la delincuencia en las comunidades árabes era prolongada y difícil, y que requería persistencia y paciencia.
Policías recogen armas de asalto tras un tiroteo en Nazaret el 29 de septiembre de 2022. (Policía de Israel)
En los últimos años se ha producido un fuerte aumento de la violencia letal en las comunidades árabes de Israel. Se supone que gran parte de esta violencia está relacionada con la actividad delictiva, y a la policía le resulta difícil detener los asesinatos casi diarios.
El año pasado se registró un máximo histórico de 125 árabes muertos en la violencia comunitaria en Israel, según Abraham Initiatives, una organización sin ánimo de lucro que hace campaña contra la violencia en la comunidad árabe. Otras 81 personas han muerto en situaciones violentas desde que comenzó el año 2022.
Según la organización, 68 de las muertes de este año fueron consecuencia de disparos.