Las tropas israelíes, que realizaron redadas en toda Judea y Samaria durante la noche del martes, arrestaron a 32 árabes de la Autoridad Palestina (AP) por su presunta participación en actividades terroristas y disturbios violentos, así como a un alto cargo de Hamás, dijeron las fuerzas de seguridad.
Sheikh Hassan Yousef, un líder de Hamás en Judea y Samaria y uno de los miembros fundadores del grupo, fue arrestado en Ramallah, dijo el servicio de seguridad Shin Bet.
Fue arrestado por «participar en la promoción y avance de las actividades de Hamás en Judea y Samaria», confirmó en una declaración después de que los medios de la AP informaran sobre el arresto.
Yousef fue recientemente liberado de la detención administrativa, y ha sido arrestado muchas veces en los últimos años. A principios de esta semana, pidió una respuesta violenta al reconocimiento del presidente estadounidense Donald Trump de que Jerusalén es la capital de Israel.
Hamás pidió el jueves una nueva intifada contra Israel, instó el viernes a los árabes a atacar a los soldados y a civiles, y permitió que miles de habitantes de Gaza ataquen a las tropas israelíes en la cerca fronteriza con Gaza en los últimos días. Su líder Ismail Haniyeh elogió el viernes la “bendita intifada”, instó a la liberación de Jerusalén y dejó en claro que el grupo buscaba intensificar la violencia contra Israel.
En un discurso el miércoles pasado desde la Casa Blanca, Trump desafió las advertencias mundiales e insistió en que después de repetidos fracasos para lograr la paz se necesitaba un nuevo enfoque, describiendo su decisión de reconocer a Jerusalén como la sede del gobierno de Israel simplemente basada en la realidad.
La medida fue aclamada por el primer ministro Benjamin Netanyahu y por líderes de gran parte del espectro político israelí.
En Jerusalén, cientos de ársabes se congregaron después de las oraciones del viernes cerca de la mezquita Al-Aqsa, un lugar que, junto con la Cúpula de la Roca, son reminiscencias de la ocupación islámica en el Monte del Templo. El lugar más sagrado en el judaísmo y el tercero para el mundo islámico a partir de un mito espurio, es decir, que no se encuentra en el Corán.