BEIRUT — Con los cuerpos de sus combatientes aún en el campo de batalla, Hezbolá se enfrenta al desafío de enterrar a sus muertos y asistir a sus partidarios más afectados por la ofensiva israelí. Estos pasos iniciales marcan el comienzo de un proceso largo y costoso hacia la recuperación, según cuatro altos funcionarios del grupo.
Fuentes cercanas a las operaciones de Hezbolá estiman que durante los 14 meses de hostilidades han muerto varios miles de sus combatientes, la mayoría tras el inicio de la ofensiva israelí en septiembre. Una fuente interna eleva la cifra de bajas a cerca de 4.000, superando ampliamente las pérdidas sufridas en la guerra de 2006, cuando murieron unas 400 personas.
Hasta ahora, las autoridades libanesas reportan unas 3.800 muertes en la guerra actual, sin diferenciar entre civiles y combatientes. Por su parte, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) estiman haber eliminado a unos 3.000 miembros de Hezbolá durante la ofensiva.