Un funcionario israelí ha confirmado a The Times of Israel que el ataque llevado a cabo hoy en Beirut por la Fuerza Aérea de Israel tenía como objetivo principal al líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah. “Es muy difícil imaginarlo saliendo vivo de un golpe así”, afirmó el funcionario, lo que ha generado especulaciones sobre el destino de Nasrallah.
Medios hebreos citan una creciente evaluación en Israel que sugiere que Nasrallah podría haber muerto durante el ataque a la sede subterránea de Hezbolá. Sin embargo, fuentes cercanas a Hezbolá, citadas por AFP y Reuters, afirman que Nasrallah sigue con vida, mientras que funcionarios iraníes están investigando la situación para confirmar su estado.
La ofensiva israelí, ocurrida la noche del viernes, fue descrita como masiva y selectiva, centrada en la sede principal de Hezbolá en Beirut. El ataque generó densas columnas de humo y provocó numerosas víctimas. Según fuentes cercanas a Hezbolá, al menos seis edificios en la zona de Dahiyeh, un conocido bastión del grupo en la capital libanesa, fueron destruidos por los bombardeos.
Las fuerzas de defensa israelíes (FDI) declararon que el centro de mando de Hezbolá estaba ubicado bajo estructuras civiles en Dahiyeh, lo que complicaba su acceso. Aunque no se confirmó si Nasrallah estaba presente en el momento del ataque, fuentes israelíes aseguraron que se emplearon decenas de toneladas de explosivos y que la verificación de su presencia en el lugar está en proceso.
Tras conocerse la noticia, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu interrumpió una reunión con periodistas en Nueva York y anunció que regresaría a Israel de inmediato. Fuentes estadounidenses indicaron que fueron informadas del ataque después de que la operación ya hubiera comenzado, y el Pentágono confirmó que no tuvo advertencia previa ni participación en la ofensiva.
Este ataque se ha descrito como el más devastador ocurrido en Beirut en el último año de enfrentamientos entre Israel y Hezbolá.