Terry Anderson, el reconocido corresponsal de The Associated Press y uno de los rehenes estadounidenses de mayor duración, murió a la edad de 76 años.
Anderson, que fue secuestrado en 1985 en una calle del devastado Líbano y retenido por casi siete años, murió en su residencia en Greenwood Lake, Nueva York, debido a complicaciones tras una reciente operación cardíaca, según informó su hija Sulome Anderson.
En su libro de memorias “Den of Lions” publicado en 1993, Anderson narró las circunstancias de su secuestro y las torturas a las que fue sometido por el grupo terrorista Hezbolá. Durante su secuestro en 1985, Anderson formaba parte de un grupo de occidentales capturados por militantes islamistas en un periodo de intensa inestabilidad en Líbano.
Como corresponsal jefe de la AP en Oriente Medio, había cubierto la escalada de violencia en la región, incluyendo la guerra de Líbano con Israel y el apoyo de Irán a grupos terroristas que buscaban desestabilizar el gobierno libanés.