BERLÍN (JTA) – Mientras Alemania se prepara para juzgar a un hombre de 100 años por crímenes de guerra nazis, los fiscales de varios Estados alemanes han anunciado que están investigando a más de una docena de otros sospechosos.
La mayoría de los casos implican a guardias de campos de concentración que podrían ser acusados como cómplices de asesinato tras la condena que sentó precedente de Ivan Demjanjuk en Múnich en 2011. Demjanjuk fue declarado culpable como cómplice de los asesinatos de casi 30.000 judíos en el campo de exterminio de Sobibor, en la Polonia ocupada por los nazis.
Según las noticias alemanas, ya está previsto que este otoño comiencen los juicios en dos casos: Una mujer de 96 años comparecerá ante el Tribunal Regional de Itzehoe, en Schleswig-Holstein, y un hombre de 100 años será juzgado por el Tribunal Regional de Neuruppin, en el antiguo estado de Brandeburgo, en Alemania Oriental.
Mientras tanto, hay nueve investigaciones en curso y otras seis preliminares, según declaró a la revista Der Spiegel Thomas Will, jefe de la Oficina Central de Investigación de Crímenes Nacionalsocialistas, con sede en Ludwigsburg. Los delitos de asesinato y complicidad no prescriben.
Thomas Walther, un abogado que representó a los codemandantes en el juicio de Demjanjuk y que al parecer hará lo mismo en este juicio, dijo en una reciente entrevista con el periódico Tagesspiegel que sus clientes, supervivientes del Holocausto, son tan mayores como los acusados y nunca han perdido la esperanza de que se haga justicia.
Después de que se dictara la acusación contra el hombre de 100 años de edad a principios de este año, el vicepresidente del Comité Internacional de Auschwitz, Christoph Heubner, dijo a las noticias de la emisora RBB que “para los supervivientes de edad avanzada… este juicio es también un ejemplo importante de que la justicia no conoce fecha de caducidad y que la persecución de los autores de las SS no debe llegar a su fin a pesar de su avanzada edad”.
El acusado, cuyo nombre no se ha hecho público, fue declarado médicamente apto para ser juzgado hasta 2,5 horas al día, según el periódico Welt am Sonntag.
Se le acusa de ser cómplice consciente y voluntario de 3.518 asesinatos en el antiguo campo de concentración de Sachsenhausen, a las afueras de Berlín, donde supuestamente fue guardia entre 1942 y 1945. Al parecer, participó en el fusilamiento de prisioneros de guerra soviéticos en 1942 y colaboró en el asesinato de otros prisioneros con el gas venenoso Zyklon B.
Al menos otro caso implica a un antiguo guardia del mismo campo. Los investigadores aún no han determinado si está lo suficientemente sano como para ser juzgado.