Matthias Weniger, conservador de un museo en Alemania, ha emprendido una valiente tarea de restitución de obras de arte robadas que se encuentran en su institución.
Su objetivo principal es devolver 111 objetos de plata del Museo Nacional Bávaro de Múnich a los descendientes de las familias judías que originalmente los poseían antes del Holocausto.
Devuelto el patrimonio judío: la misión de un conservador
Weniger, conservador del Museo Nacional Bávaro de Múnich, está comprometido con la restitución de obras de arte robadas a sus legítimos propietarios judíos. Su arduo trabajo se centra en devolver 111 objetos de plata, incluyendo copas de kiddush y candelabros de Shabat, que fueron confiscados por los nazis a través de una ley promulgada en 1939. Estos objetos representan una conexión tangible con las vidas destrozadas durante el Holocausto.
La ley promulgada en 1939 exigía a los judíos entregar sus metales y piedras preciosas, a menudo recibiendo solo una fracción mínima de su valor. Esta medida formaba parte de una serie de acciones destinadas a privar a los judíos de sus derechos políticos y civiles, previas al inicio del régimen nazi de exterminio.
Recuerdos de vidas destruidas: el significado detrás de los objetos de plata
La plata confiscada fue parar en casas de empeño y se fundió para respaldar el esfuerzo bélico nazi. A lo largo de las décadas posteriores a la guerra, algunos objetos no fundidos fueron devueltos a los sobrevivientes del Holocausto, pero solo si se presentaban para reclamarlos. Weniger subraya que estos objetos de plata, que en su momento fueron entregados a las casas de empeño, a menudo representan los únicos vestigios materiales que quedan de las vidas arrasadas durante el Holocausto.
Weniger afirmó a Associated Press: «Por eso es realmente importante intentar localizar a las familias y devolverles estos objetos». Hasta la fecha, ha logrado restituir aproximadamente 50 objetos a los familiares de sus propietarios originales y espera completar el proceso de restitución de los 111 objetos restantes para finales de este año.
Un esfuerzo global por la restitución del arte robado
El trabajo de Weniger se lleva a cabo en un momento en que se intensifican los esfuerzos por acelerar la restitución del arte robado tanto en Europa como en Estados Unidos. Recientemente, los Países Bajos tomaron la decisión de devolver varias obras de arte a las familias judías, mientras que en 2022 se promulgó una ley en el estado de Nueva York que obliga a los museos a identificar las obras de arte en su posesión que fueron saqueadas durante la época nazi.
La campaña de Weniger se destaca por su enfoque personal, ya que se esfuerza por entregar las piezas restituidas directamente a los descendientes de sus legítimos propietarios. Recientemente, devolvió 19 piezas de plata a familias en Israel, incluyendo una copa que probablemente se utilizó como copa de kiddush. Esta copa fue entregada a Hila Gutmann, de 53 años, y a su padre Benjamin Gutmann, de 86, quienes residen cerca de Tel Aviv.
Un vínculo con el pasado: la importancia de la restitución
La devolución de la copa a la familia Gutmann representa una mezcla de emociones. Hila Gutmann expresó a AP: «Para nosotros, recuperar la copa fue una mezcla de sentimientos porque entendemos que es lo único que queda de ellos». La copa pertenecía originalmente a Salomon Gutmann, un comerciante de ganado bávaro, y a su esposa Karolina, abuelos de Benjamin Gutmann, quienes fueron asesinados por los nazis en el campo de exterminio de Treblinka. Su hijo Max, padre de Benjamin, logró sobrevivir escapando a Palestina bajo el Mandato Británico.
Weniger puede rastrear la procedencia de los objetos gracias a las pegatinas amarillas que las casas de empeño colocaron en la parte inferior de cada pieza en 1939. Estas pegatinas contienen números que corresponden a documentos que mencionan a los propietarios originales. Además, Weniger utiliza diversas fuentes, como bases de datos, obituarios, guías telefónicas, LinkedIn, Facebook, Instagram y direcciones de correo electrónico, para buscar en las genealogías de los descendientes de los propietarios.
El conservador ha logrado devolver varios objetos valiosos, como una copa bautismal de plata parcialmente dorada de 300 años de antigüedad que pertenecía a Hermine Bernheimer, una mujer judía. Bernheimer fue víctima del robo y falleció en el campo de concentración de Theresienstadt en 1943. La copa fue devuelta a sus descendientes y donada al Museo Judío de Göppingen en Alemania, su ciudad natal.
Uniendo familias y recuperando la historia
Weniger no solo se dedica a devolver la plata, sino que también ofrece a las familias su investigación genealógica. A través de este proceso, los descendientes de los propietarios originales han tenido la oportunidad de descubrir la existencia de otros parientes dispersos por todo el mundo. Naomi Karp, una abogada de Washington y pariente de Hermine Bernheimer, compartió su experiencia al ser informada sobre la recuperación de la copa bautismal: «Cuando me dijeron que habían encontrado la copa, me enteré de que tenía unos 30 parientes en Estados Unidos, Australia y Alemania. También supe que la copa era de bautismo. No tengo idea de cómo una familia judía habría obtenido una copa de bautismo, pero tal vez se la regalaron».
La mayoría de los descendientes de los propietarios residen en Estados Unidos e Israel , aunque el museo también está en proceso de devolver piezas de plata a Francia, Reino Unido, Australia y México. La dedicación de Weniger en la restitución de estos objetos valiosos ha sido altamente apreciada por las familias afectadas. Hila Gutmann destaca el cuidado y respeto que Weniger muestra hacia estos pequeños objetos: «Trata estos pequeños objetos con mucho cuidado, como si fueran sagrados».
El conservador alemán continúa su labor incansable para localizar y devolver las obras de arte robadas a sus legítimos propietarios judíos, en un esfuerzo por honrar la memoria de aquellos que sufrieron durante el Holocausto y restaurar un vínculo con el pasado.