Por décadas, los restos no identificados de varias víctimas del Holocausto permanecieron en la colección del Museo de Arte Judío Sherwin Miller, ubicado en Tulsa, Oklahoma. Sin embargo, la semana pasada, el museo decidió darles un descanso final adecuado, enterrándolos en una ceremonia que incluyó un funeral judío.
“Estamos comprometidos a preservar la historia de una manera que respete la dignidad humana”, afirmó Sofia Thornblad, curadora en jefe del museo, en declaraciones a medios locales. Según explicó, este entierro refleja la dedicación del museo para honrar a las víctimas del Holocausto y promover la educación ética sobre el recuerdo de estos hechos.
El museo informó que los restos podrían haber sido incorporados a su colección antes del año 2000, una época en la que era más común aceptar restos humanos en instituciones culturales. Las prioridades en la gestión de colecciones han cambiado con el tiempo, lo que ha llevado a una revisión de estas prácticas. Además, el museo de Tulsa alberga una amplia colección de objetos relacionados con el Holocausto, donados principalmente por judíos de Oklahoma, incluidos refugiados de la Alemania nazi.
Thornblad mencionó que no se pudieron realizar pruebas de ADN que permitieran identificar a las víctimas, pero aclaró que los restos provienen de los campos de concentración de Auschwitz y Dachau. Grupos como Operación Benjamin han trabajado recientemente en identificar y enterrar de manera apropiada los restos judíos relacionados con la Segunda Guerra Mundial.
El museo de Tulsa no es el único que ha tomado medidas para dar sepultura a restos de víctimas del Holocausto que estaban en su colección. En 2019, el Museo del Holocausto de Rockland y el Centro para la Tolerancia y la Educación, en Nueva York, organizó un funeral judío para las cenizas de víctimas del campo de exterminio de Chelmno, descubiertas en su colección. Estas cenizas habían sido donadas en 2006 por un sobreviviente del Holocausto que, al parecer, no sabía que contenían restos humanos.
Ese mismo año, el Museo Imperial de la Guerra de Londres anunció que tenía restos de víctimas judías en su colección. Se trataba de cinco adultos y un niño asesinados en Auschwitz, donados en 1997 por un particular. La decisión de enterrarlos marcó el primer entierro de víctimas del Holocausto en el Reino Unido, según indicó la revista Museums Journal.
El tratamiento de restos humanos ha generado debates en los últimos años dentro de los museos, especialmente en lo relacionado con los restos de nativos americanos. A pesar de una ley que insta a devolverlos a las comunidades descendientes, muchos museos no han tomado medidas al respecto, según reveló una investigación de ProPublica.
El funeral en Tulsa, realizado el jueves pasado en un cementerio judío, contó con la asistencia de rabinos locales, un arqueólogo y descendientes de sobrevivientes del Holocausto. Thornblad estuvo entre los asistentes que participaron en la costumbre judía de arrojar tierra sobre la tumba.