Un superviviente del Holocausto que pasó gran parte de su vida preocupado por la posibilidad de que su padre fuera un nazi, ha recibido la confirmación, mediante pruebas de ADN, de que sus dos padres eran judíos.
Jackie, un superviviente de 79 años que vive en Londres, quedó huérfano durante la guerra y posteriormente fue adoptado por una pareja británica que nunca le habló de su pasado.
Cuando finalmente lo supo, empezó a preguntarse cómo había sobrevivido y le asaltó la idea de que su padre, del que no pudo encontrar información, podría haber sido un nazi que utilizó su influencia para evitar que fuera a los campos de exterminio.
Un episodio del programa de la BBC “DNA Family Secrets” no solo pudo confirmar a Jackie que es “99 % judío” de ascendencia europea, sino que también pudo identificar a unos primos que, por notable casualidad, vivían no muy lejos de su casa del norte de Londres. El programa se emitió el pasado jueves.
Jackie tenía solo nueve meses cuando fue llevado al campo de Theresienstadt en la década de 1940. El campo era un punto de tránsito y 15.000 niños fueron enviados desde allí al tristemente célebre campo de concentración de Auschwitz, donde fueron asesinados.
Pero aunque Jackie pasó más de dos años en Theresienstadt, nunca fue trasladado a una muerte casi segura en Auschwitz.
No recuerda su estancia allí, pero como huérfano de guerra, fue enviado en agosto de 1945 a Gran Bretaña, donde fue adoptado a los 3 años.
Jackie no sabía nada de su pasado, ni siquiera que era adoptado, hasta que, de joven, se preparaba para casarse con su prometida, Lita. Su familia estaba afiliada a la comunidad judía londinense y necesitaba una prueba de su identidad judía para poder celebrar el matrimonio en una sinagoga local.
Solo entonces supo algo de su pasado: su nacimiento en Viena, su milagrosa supervivencia al Holocausto, su adopción y el nombre de su madre biológica, Elsa. Pero de su padre no había constancia, y el campo de su partida de nacimiento estaba vacío.
“Fue entonces cuando me encontré con esa horrible noticia”, dijo. “Nací en Viena y pasé dos años y ocho meses en un campo de concentración, desde [la edad de] nueve meses”.
“Es el material de las pesadillas descubrir que no soy inglés, que estos no son mis padres y que vengo de un campo de concentración”, dijo Jackie, que solo se identificó por su nombre de pila.
Durante los siguientes 60 años, Jackie se preguntó a menudo si su padre era en realidad un nazi que trabajaba en el campo de Theresienstadt y por eso no pereció de pequeño.
Pero a pesar de sus esfuerzos por averiguar más sobre su historia personal, no pudo añadir nada a su relato. El destino de su madre no fue detallado.
“De mi lado paterno no tengo conocimiento, podría haber sido un no judío”, dijo Jackie en el programa. “Podría haber sido un nazi. ¿Por qué sobreviví en un campo de concentración?”.
Para descubrir más sobre su identidad, el programa de la BBC pidió a Turi King, profesor de Compromiso Público y Genética de la Universidad de Leicester, que examinara el ADN de Jackie.
King explicó que “no iba a ser fácil”, ya que en el Holocausto se eliminaron múltiples generaciones de familias.
Cuando llegaron los resultados, pudo decirle a Jackie que es “99 % judío askenazí”, lo que significa que “casi con seguridad, tu padre no era nazi”.
La investigación también descubrió que Jackie tenía dos parientes vivos, descendientes de su tía abuela y su tío abuelo. Aunque fueron asesinados en el genocidio nazi, su hija Irene escapó al Reino Unido.
King le dijo entonces a Jackie que las dos personas, Alex y Tony, que vivían en Londres, eran sus primos hermanos o segundos.
Cuando le informaron de que tenía algunos parientes supervivientes, un emocionado Jackie dijo que era “por lo que estaba rezando”.
Más tarde se reunió con Alex y Tony.
La BBC dijo que Jackie había viajado recientemente a Viena, donde el nombre de su madre fue añadido al Muro de los Nombres de la Shoah.