Una serie de presuntos ataques israelíes golpearon varias instalaciones militares en el centro de Siria el domingo por la noche, dejando al menos 14 personas fallecidas y 43 heridas, informó la prensa estatal siria. El ataque también provocó incendios que los equipos de bomberos intentaban controlar el lunes por la mañana.
La agencia de noticias oficial, SANA, reportó que las defensas aéreas sirias “respondieron a una agresión dirigida a varios puntos en la región central”, lo que se saldó con daños en una carretera en la provincia de Hama, además de causar incendios en el área. Según la agencia, los ataques generaron “pérdidas materiales” en diversas instalaciones militares. Otros medios locales informaron que uno de los objetivos fue un centro de investigación científica en Masyaf, conocido por estar vinculado a la producción de armas químicas y misiles de precisión para el régimen sirio y fuerzas iraníes.
El Hospital Nacional de Masyaf recibió al menos 14 muertos y 43 heridos, seis de ellos en estado crítico, según el director del hospital, Faysal Haydar, citado por SANA. No se revelaron más detalles sobre la identidad de las víctimas.
La zona de Masyaf, situada al oeste de Hama, es reconocida por ser un bastión de fuerzas iraníes y milicias proiraníes, y ha sido objetivo de repetidos ataques, los cuales se atribuyen mayormente a Israel. En esa región se encuentra el Centro de Estudios e Investigaciones Científicas (CERS o SSRC), que, según Israel, es utilizado por Irán para la fabricación de misiles tierra-tierra de alta precisión.
Las autoridades occidentales han señalado en varias ocasiones que el CERS está relacionado con la producción de armas químicas. Estados Unidos ha acusado al centro de desarrollar gas sarín, aunque el gobierno sirio ha negado estas acusaciones.
Hasta el momento, Israel no ha emitido ningún comentario oficial sobre los ataques recientes, manteniendo su política de no reconocer operaciones específicas en territorio sirio. Desde 2011, tras el inicio de la guerra civil en Siria, Israel ha llevado a cabo múltiples bombardeos con el objetivo de impedir la transferencia de armas al grupo terrorista Hezbolá, respaldado por Irán, y evitar que milicias iraníes ganen influencia cerca de la frontera israelí.
Tras el brutal ataque perpetrado por Hamás el 7 de octubre, en el que murieron aproximadamente 1.200 personas en Israel y otras 251 fueron secuestradas, Israel ha intensificado sus ofensivas contra objetivos terroristas proiraníes en Siria. En estas acciones, también ha golpeado sistemas de defensa aérea y fuerzas militares sirias.
Desde entonces, Hezbolá ha intercambiado fuego con Israel casi diariamente, tras iniciar ataques desde el Líbano un día después del atentado terrorista de su aliado, Hamás, que desató la guerra en Gaza.