AMMÁN (Reuters) – El presidente sirio Bashar al-Assad dijo el jueves que el objetivo final de su gobierno era restaurar la autoridad estatal sobre las áreas controladas por los kurdos en el noreste de Siria después de una repentina retirada de las tropas estadounidenses, pero dijo que esto sucedería gradualmente.
En una entrevista en la televisión estatal, Assad también dijo que un acuerdo entre el presidente turco Recep Tayyip Erdogan y el presidente ruso Vladimir Putin para expulsar a la milicia del YPG dirigida por los kurdos de una “zona segura” de 30 km a lo largo de la frontera era un paso “positivo” que ayudaría a Damasco a alcanzar su objetivo.
“Puede que no lo logre todo…. allana el camino para liberar esta zona en un futuro próximo, esperamos”, dijo Assad, que ha permanecido en el poder en Damasco durante una guerra civil de más de ocho años con el apoyo de Rusia e Irán.
La milicia kurda aliada de YPG llegó a un acuerdo con Damasco para tomar posiciones cerca de la frontera después de que el presidente Donald Trump anunciara a principios de octubre que retiraba las fuerzas estadounidenses del noreste de Siria. La decisión allanó el camino para una ofensiva turca contra los kurdos y les dejó sintiéndose abandonados por los Estados Unidos.
No se les pediría a los kurdos que entregaran inmediatamente sus armas cuando el ejército sirio entre en sus zonas en un acuerdo final con ellos que devuelva el control estatal a la franja de territorio que ahora controlan, dijo Assad.
“Hay grupos armados que no podemos esperar que entreguen las armas inmediatamente, pero el objetivo final es volver a la situación anterior, que es el control total del Estado”, dijo.
Con el apoyo de Estados Unidos, las fuerzas kurdas que encabezan las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) han tomado el control en los últimos cuatro años de gran parte del noreste de Siria por parte de militantes del Estado islámico.
Pero el resentimiento contra el dominio kurdo en el este de Siria ha crecido entre la población predominantemente árabe.
Assad también dijo que la decisión de Trump la semana pasada de mantener a un pequeño número de tropas estadounidenses en las áreas de Siria controladas por los kurdos “donde tienen el petróleo” demostró que Washington era una potencia colonial que estaba condenada a irse una vez que los sirios resistieran su ocupación como en Irak.