El periódico estatal chino Global Times se burló el viernes del presidente Joe Biden, citando su declaración “Estados Unidos ha vuelto” en un titular sobre su decisión de bombardear Siria el jueves por la noche.
Biden hizo el comentario en un discurso sobre política exterior a principios de febrero, en el que prometió limitar la participación militar estadounidense.
“Y saben que cuando ustedes hablan, hablan por mí”, dijo Biden a los diplomáticos en el Departamento de Estado. “Y así… así es el mensaje que quiero que el mundo escuche hoy: Estados Unidos ha vuelto. Estados Unidos ha vuelto. La diplomacia vuelve a ser el centro de nuestra política exterior”.
El jueves, a los 36 días de su presidencia, Biden emprendió una acción unilateral en Siria, ordenando lo que el Pentágono denominó un “ataque defensivo de precisión” contra miembros de las Fuerzas de Movilización Popular (FMP), un brazo legal de las fuerzas armadas iraquíes.
“Siguiendo las instrucciones del presidente Biden, las fuerzas militares estadounidenses han llevado a cabo esta noche ataques aéreos contra infraestructuras utilizadas por grupos militantes respaldados por Irán en el este de Siria”, dijo el secretario de prensa del Pentágono, John Kirby, en un comunicado. “Específicamente, los ataques destruyeron múltiples instalaciones ubicadas en un punto de control fronterizo utilizado por varios grupos militantes respaldados por Irán, incluyendo Kait’ib Hezbolá (KH) y Kait’ib Sayyid al-Shuhada (KSS)”.
Los grupos mencionados se encuentran entre los miembros más influyentes de las FMP, especialmente KH, o las Brigadas de Hezbolá.
El Global Times sugirió que Biden había socavado sus promesas al pueblo estadounidense en su cobertura de los ataques, en un artículo que tituló con las palabras de Biden, “Estados Unidos ha vuelto”. los expertos aprobados por el Partido Comunista citados en la publicación hicieron el caso de que, bajo el presidente Donald Trump, la Casa Blanca prefirió usar incentivos económicos y castigos como las sanciones para enfrentar las amenazas a la seguridad nacional privándolas de financiación. Bajo Biden, la violencia militar sustituyó a la política de sanciones, afirmaban.
“Durante la era Trump, Estados Unidos tendió a utilizar sanciones económicas contra Irán y no se comprometió políticamente con Irán. No obstante, el gobierno demócrata pro-establishment quiere reanudar el acuerdo nuclear con Irán, pero le dice a Irán que no actúe en Siria, ya que son dos asuntos diferentes”, dijo uno de los expertos.
El Global Times añadió que sus expertos esperaban que Biden intentara “empujar a los países europeos a involucrarse en los asuntos de Oriente Medio” en lugar de intentar manejar unilateralmente las amenazas a Estados Unidos.
El gobierno chino condenó formalmente los ataques a través de su Ministerio de Asuntos Exteriores.
“Pedimos a las partes pertinentes que respeten la soberanía, la independencia y la integridad territorial de Siria y eviten complicar aún más la situación en ese país”, dijo el viernes el portavoz Wang Wenbin a los periodistas en respuesta a las preguntas sobre el ataque.
China se ha abstenido en gran medida de interferir en la guerra civil siria o en otros conflictos de Oriente Medio, aunque ha establecido una presencia militar permanente en Yibuti, un país africano muy cercano a Yemen. Mantiene relaciones amistosas con el gobierno de Irán y, por tanto con sus representantes, el dictador Bashar al-Assad en Siria, y con el gobierno de Rusia, que ha inundado Siria con activos militares para defender a Assad.
Estados Unidos, a través de al menos tres presidentes, ha pedido que Assad abandone el poder y ha instado a una solución pacífica de la guerra civil siria. La mayor parte de su participación en el país ha sido para luchar contra el Estado Islámico, un antiguo representante de Al Qaeda que en su día estableció su “capital” en la ciudad siria de Raqqa. Las fuerzas estadounidenses, con la ayuda de los combatientes kurdos de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), liberaron Raqqa en 2017.
Al parecer, los ataques aéreos del jueves se dirigieron únicamente a las fuerzas afiliadas a las FMP. Las FMP lucharon contra el Estado Islámico en partes de Siria e Irak. En 2017, el teniente general Stephen Townsend, alto funcionario del Pentágono, dijo: “Las fuerzas de la milicia iraquí, los combatientes peshmerga kurdos y la coalición global [liderada por Estados Unidos] también merecen una parte del crédito por sus sacrificios para lograr esta victoria duramente ganada”.
El Pentágono confirmó a Breitbart News que Townsend incluyó a las FMP en ese elogio.
Las FMP son intensamente antiestadounidenses y han reorientado gran parte de sus esfuerzos a atacar a las tropas y los activos estadounidenses, especialmente en Irak, donde formalmente forman parte del ejército. El ataque que Biden utilizó para justificar sus ataques fue un bombardeo de activos estadounidenses en el Kurdistán iraquí la semana pasada, del que se atribuyó el mérito una pequeña milicia conocida como Saraya Awlia al-Dam, o “Brigadas de los Guardianes de la Sangre”. Se cree que el grupo forma parte de las FMP. La Agencia France-Presse (AFP), citando a funcionarios estadounidenses e iraquíes, describió al grupo como una “cortina de humo” para KH y otros jihadistas de las FMP.
Los atentados de la semana pasada destruyeron accidentalmente parte del consulado chino en Erbil (Irak). Wang, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, no mencionó ese detalle en su llamamiento al fin de la actividad estadounidense contra las FMP.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (SOHR), una organización no gubernamental (ONG), los ataques aéreos de Biden mataron al menos a 17 personas. PressTV, un medio de propaganda iraní, afirmó que solo una persona murió y otras cuatro resultaron heridas como consecuencia de los ataques.