El Kremlin aún no define qué hará con sus bases militares en Siria tras el derrocamiento de Bashar al-Assad. Estas instalaciones, la base naval de Tartus y la base aérea de Hmeimim, son estratégicas para las operaciones rusas en Oriente Medio y África.
Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, declaró que no hay una decisión final y que Rusia mantiene contacto con las fuerzas que ahora controlan el país.
El domingo, Moscú confirmó haber evacuado a parte de su personal diplomático, sin ofrecer más detalles sobre su presencia militar.