Las tropas estadounidenses encargadas de proteger los pozos de petróleo en Siria de los terroristas del Estado Islámico también podrían enfrentarse a las amenazas del régimen del presidente Bashar al-Assad, que desde hace mucho tiempo ha intentado retomar los yacimientos de petróleo de Al Omar en la provincia de Deir al-Zour.
El anuncio de que las tropas estadounidenses protegerían los campos petroleros fue hecho por el secretario de Defensa Mark Esper en una polémica reunión del viernes con los aliados en el cuartel general de la OTAN en Bruselas. Varios miembros de la OTAN denunciaron la invasión de Siria por parte del aliado de la OTAN, Turquía.
“Se trata de desacuerdos sobre una situación muy grave en el noreste de Siria”, dijo el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg.
El presidente Donald Trump ordenó la retirada de Siria el 6 de octubre. Tres días después, el ejército turco atacó a las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) lideradas por los kurdos en el noreste de Siria.
Desde entonces, las Fuerzas de Autodefensa respaldadas por Estados Unidos han llegado a acuerdos de cooperación con Siria y los rusos para buscar protección en Turquía. Tanto Siria como Rusia han actuado rápidamente para explotar el vacío dejado por la retirada parcial de Estados Unidos.
Las tropas sirias estaban en al-Raqqa y Tabqa, una vez que se produjeron las escenas de las victorias de las Fuerzas de Autodefensa sobre ISIS, informó la agencia estatal de noticias siria SANA. La policía militar rusa estaba asumiendo el antiguo papel de Estados Unidos en la realización de patrullas conjuntas con las fuerzas turcas en el noreste de Siria, según los medios de comunicación rusos.
SANA también informó que el ejército sirio se había enfrentado con fuerzas turcas en la ciudad nororiental de Qamishli y que las tropas sirias se dirigían hacia “las zonas rurales del noroeste de la ciudad para repeler la ofensiva turca y proteger a la población de cualquier ataque”.
En 2017, las SDF, respaldadas por la potencia aérea y la artillería de Estados Unidos, estaban en una carrera con el ejército sirio, respaldado por ataques aéreos rusos, para expulsar a ISIS de los yacimientos petrolíferos.
Las Fuerzas de Autodefensa lograron tomar los campos petroleros. Pero en febrero de 2018 las posiciones de las SDF se vieron amenazadas por un ataque de lo que el entonces Secretario de Defensa Jim Mattis describió más tarde como “fuerzas pro régimen” reforzadas por mercenarios rusos.
En respuesta, se ordenaron disparos de artillería de la Marina de los Estados Unidos y ataques aéreos estadounidenses. Más tarde, Mattis testificó ante la Comisión de Servicios Armados del Senado que “el alto mando ruso en Siria nos aseguró que no era su pueblo” el que estaba atacando.
Con eso, Mattis dijo que dio instrucciones al General de Infantería de Marina Joseph Dunford, entonces Jefe del Estado Mayor Conjunto, “para que la fuerza, entonces, sea aniquilada. Y lo fue”.