El Ministerio de Defensa de Turquía declaró que al menos 40 civiles, incluidos 11 niños, murieron cuando el martes una bomba detonó en un camión petrolero en la ciudad siria de Afrin, en el norte del país, y culpó del ataque a la milicia kurda siria del YPG.
En una declaración en Twitter, el ministerio dijo que la explosión ocurrió en una zona muy concurrida en el centro de Afrin. Un video compartido por el ministerio mostraba humo negro flotando en el aire mientras que las sirenas de las ambulancias y la policía sonaban en el fondo.
Ankara ve al YPG como un grupo terrorista ligado a militantes kurdos en su propio suelo y ha montado operaciones militares en el norte de Siria para alejarlo de la frontera.
El ejército de Turquía y sus aliados rebeldes sirios tomaron Afrin, un distrito principalmente kurdo, del Gobierno autónomo en marzo de 2018 en una importante ofensiva.
La explosión del martes fue una de las más mortíferas en una región bajo el control de las fuerzas apoyadas por Turquía. Ankara suele culpar al YPG de los ataques, mientras que la milicia dice que no tiene como objetivo a los civiles.