Las repatriaciones de mujeres y niños extranjeros afiliados al Estado Islámico (ISIS) desde los campos de detención en el noreste de Siria alcanzaron un récord en 2022, según informaron el martes las autoridades kurdas.
Miles de extranjeros, entre ellos mujeres y niños, habían ido a Siria para vivir en el llamado “califato” del EI hasta 2019, cuando las fuerzas kurdas respaldadas por Estados Unidos arrebataron a los yihadistas la última bolsa de territorio sirio.
Las mujeres y los niños que huyeron fueron alojados en campos de detención superpoblados gestionados por las autoridades kurdas y las ONG internacionales, que habían presionado para que se repatriaran debido al aumento de la violencia y las pésimas condiciones de los campos.
Los gobiernos respondieron con lentitud, por temor a las amenazas a la seguridad y a una reacción pública por el regreso de personas radicalizadas por el Estado Islámico.
Pero el ritmo se aceleró este año, con 517 mujeres y niños repatriados hasta ahora, según las estadísticas de las autoridades kurdas.
¿Adónde fueron repatriados?
Más de 100 desde Francia y más de 50 desde Alemania. Más de 150 fueron devueltos a Tayikistán, la primera vez para ese país.
Los retornos fueron 324 en 2021, 281 en 2020 y 342 en 2019.
Más de 10.000 mujeres y niños extranjeros permanecen en los campamentos de Al-Hol y Roj, dijo a Reuters Badran Jia Kurd, un alto funcionario de la administración autónoma.
Letta Tayler, responsable de la lucha contra el terrorismo de Human Rights Watch, dijo que el aumento podría deberse en parte a las críticas de las Naciones Unidas y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos por no repatriar a sus nacionales.
Además, los Estados se dieron cuenta de que tenían el marco legal para procesar y encarcelar a quienes habían viajado a territorios controlados por el ISIS, lo que hizo que esos gobiernos estuvieran más dispuestos a traerlos a casa, añadió Tayler.
Pero dijo que las cifras de 2022 “siguen siendo gotas en el cubo”.
“Esta crisis humanitaria y de seguridad sólo empeorará si los países siguen subcontratando la gestión de sus nacionales detenidos a una fuerza no estatal dentro de una de las zonas de guerra más complejas del mundo”, dijo Tayler.