El objetivo de un ataque de Israel cerca de la ciudad de Hama en Siria durante el fin de semana, fue una base que tenía baterías de defensa aérea S-300 rusas que no habían sido activadas, según el medio árabe Asharq al-Awsat.
Israel no hizo comentarios sobre el ataque que les ampliamente atribuido, que tuvo lugar durante la noche del sábado.
Según el informe, sus fuentes dijeron que el silencio de Rusia sobre el ataque, así como otro hace unas dos semanas contra una posición militar iraní cerca de Alepo, revela el desarrollo significativo que ha tenido lugar en la coordinación de la seguridad entre Jerusalén y Moscú.
La coordinación entre Rusia e Israel desde 2015, conocida como mecanismo de anticipación, sirve para evitar compromisos entre las fuerzas israelíes que incursionan contra Irán y los militares rusos que operan en Siria.
Aunque Rusia manifestó su ira por el derribo de un avión espía por baterías rusas maniobrado por militares sirios, después de una incursión aérea israelí; los lazos entre las dos potencias han mejorado significativamente.
Según el medio árabe, Netanyahu y Putin acordaron, durante su última reunión en Moscú, fortalecer el acuerdo, pasando de ser oral a escrito.
El ataque en Hama del fin de semana, que mató al personal militar iraní, sería la primera prueba para este acuerdo. Moscú no solo no protestó por el ataque, sino que, al parecer, tampoco anticipó a las fuerzas de la República Islámica para que abandonen el lugar.
Las fuentes destacaron que Rusia estaba interesada en desarrollar la coordinación de la seguridad con Jerusalén para preservar las oportunidades de reconstruir Siria bajo el liderazgo de su aliado, el dictador Bashar Assad. Para ese fin, están preparados para tolerar los ataques israelíes contra su otro aliado, Irán.