Omar al-Tawil, un joven escolar de 15 años de Damasco, es uno de los 24.000 jóvenes sirios que están aprendiendo ruso en la escuela después de que el país añadiera al programa de estudios el idioma del aliado más poderoso del gobierno.
Muchos jóvenes de Siria, donde Moscú intervino en 2015 para ayudar al presidente Bashar Assad a recuperar territorio, están ansiosos por estudiar ruso para poder viajar a Rusia o trabajar en empresas rusas que esperan que aparezcan en Siria en el futuro.
“Al principio no entendíamos nada y cuando escuchamos las palabras empezamos a reírnos… fue difícil”, dijo Tawil. “Los profesores nos están ayudando a amar este idioma”.
Radwan Rahhal, coordinador de lengua rusa del Ministerio de Educación de Siria, dijo que la demanda de las clases supera la oferta.
“Tenemos más de 24.000 estudiantes que están aprendiendo ruso y el número va en aumento. Pero no podemos expandirnos más que esto mientras tanto a menos que tengamos más maestros”.
El Ministerio de Educación de Siria añadió el ruso como segunda lengua extranjera opcional en las escuelas después del inglés o el francés en 2014. Los graduados en literatura rusa que deseen enseñarla asisten a cursos especiales supervisados por expertos de Moscú.
El presidente ruso Vladimir Putin visitó Siria el martes por segunda vez desde la decisiva intervención de Moscú, y se reunió con Assad en Damasco.
El apoyo ruso e iraní ha ayudado a Assad a recuperar casi todo el territorio perdido por los rebeldes que intentaron derrocarlo en una guerra civil que surgió a raíz de la represión de las protestas de la oposición hace casi nueve años.