El primer ministro, Benjamin Netanyahu, dijo el lunes que Rusia sola no tiene suficiente influencia para sacar a Irán de Siria. Hablando en el Comité de Asuntos Exteriores y Defensa de la Knesset, Netanyahu dijo que Israel ha actuado en Siria desde el derribo del avión espía ruso en septiembre.
“Nuestros aviones espía siguen volando y recolectando información”, dijo. “De la información que tenemos, la cantidad de transferencias de armas iraníes a Hezbolá a través de Siria ha disminuido significativamente desde el derribo del avión ruso”.
Las personas presentes en la sesión del panel de la Knesset dijeron que Netanyahu insinuó que es necesario que otro país se involucre para sacar a Irán de Siria.
Según Netanyahu, las relaciones entre Israel y Rusia son “buenas”.
“Mi conversación con Putin duró media hora y fue excelente”, dijo, refiriéndose a la reunión de líderes en el marco de la conferencia de París que marcó 100 años hasta el final de la Primera Guerra Mundial. “Le ofrecí aumentar la coordinación entre [nuestros] ejércitos en Rusia. A pesar de eso, seguimos operando en Siria”.
Sin embargo, Amos Harel, de Haaretz, escribió el viernes que incluso la “reunión precipitada” entre Netanyahu y Putin no ha resuelto la crisis que comenzó con el derribo del avión.
Según Harel, Rusia ha dejado claro a Israel de muchas maneras que el status quo anterior se ha ido. La actividad energética de la fuerza aérea estaba interrumpiendo su proyecto principal: restablecer el control del régimen de Assad sobre la mayor parte de Siria y firmar contratos a largo plazo con el presidente sirio Bashar Assad que protegerá la seguridad y los intereses económicos de Moscú en el país.
El cambio es evidente en el tono más agresivo de la línea directa que conecta el cuartel general de la Fuerza Aérea de Israel con la base rusa en Khmeimim, en el noroeste de Siria, cuyo propósito es prevenir incidentes aéreos entre Israel y Rusia. También es evidente en la actitud de confrontación de los aviones rusos y las baterías antiaéreas en Siria.