Los Estados miembros del organismo mundial de control de las armas químicas expresaron su preocupación el martes de que Siria todavía pueda poseer tales armas después de que los inspectores descubrieran rastros de lo que podría ser un subproducto de un agente nervioso o gas venenoso en una instalación de investigación siria.
En un informe presentado al Consejo Ejecutivo de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas, el director general de la organización dijo que los rastros se encontraron a finales del año pasado en el Centro de Estudios e Investigaciones Científicas de Siria en Barzah.
La enviada de Canadá ante la OPAQ, Sabine Nolke, dijo en un discurso en la reunión que el descubrimiento y los informes de que Siria destruyó equipos y municiones que se habían destinado a una evaluación posterior, se suman a “la creciente evidencia de declaraciones deliberadamente falsas por parte de Siria, la destrucción de posibles pruebas y la alarmante probabilidad de que Siria siga poseyendo sustancias químicas de la Lista 1”.
Las sustancias químicas de la Lista 1 incluyen el sarín, el VX y gas mostaza.
El Director General Fernando Arias también informó de que Siria se ha negado a expedir un visado al coordinador de un equipo de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) que pretende atribuir la culpa de los ataques con armas químicas en el país.
El representante británico de la OPAQ, el embajador Peter Wilson, calificó esa decisión de “completamente inaceptable” en un discurso pronunciado en la reunión a puerta cerrada. El texto del discurso de Wilson se publicó en línea.
“Siria insiste en que no tiene un programa de armas químicas, ¿por qué entonces se esfuerza tanto por impedir que se identifique a quienes han utilizado armas químicas en su territorio?”, Wilson dijo.
Siria no es miembro del Consejo Ejecutivo de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas de 41 países. El gobierno de Damasco no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.
Siria acordó en 2013 unirse a la OPAQ y renunciar a su arsenal de armas químicas en un movimiento que evitó un ataque militar estadounidense en respuesta a un supuesto ataque con armas químicas que causó la muerte de cientos de personas en el suburbio de Ghouta, en Damasco.
El arsenal de armas químicas declarado de Siria fue destruido en una operación internacional, pero desde entonces han subsistido dudas sobre si la declaración de Damasco estaba completa, y ha habido repetidos ataques químicos en el país en los años transcurridos desde que Siria se adhirió a la OPAQ.
El gobierno del dictador sirio Bashar Assad niega haber participado en ataques químicos, pero un equipo conjunto de las Naciones Unidas y la OPAQ culpó a Damasco por dos ataques con cloro y un ataque con sarín. El equipo también acusó al grupo extremista del Estado Islámico de utilizar gas mostaza en 2015 y de nuevo en septiembre de 2016 en Um Hosh, en Alepo.
Hablando en nombre de la Unión Europea, la representante de Finlandia ante la OPAQ, Paivi Kaukoranta, también expresó su preocupación por el “incumplimiento continuo de las obligaciones” de Siria con la organización “debido a su incapacidad para proporcionar una declaración completa y destruir todas sus instalaciones de producción de armas químicas y de guerra química”.