A medida que Estados Unidos extiende sus alas militares en Siria e Irak, Rusia comienza a retirar sus fuerzas militares de Siria. En los últimos 10 días, según informan las fuentes militares y de inteligencia de DEBKAfile, el Ministerio de Defensa ruso ha retirado a sus bases en al menos tres batallones de operaciones especiales, la mayoría en Homs y Palmyra.
Estas fuerzas especiales eran en gran parte chechenos que operaban en Siria como «policía militar rusa» porque están prohibidos por la constitución de Chechenia de luchar en el extranjero. Su retirada deja una pequeña fuerza de tierra rusa de no más de 3.000 personas. Las fuentes militares de DEBKAfile agregaron que la presencia militar de Estados Unidos en Siria hace que las cifras de las tropas estadounidenses y rusas en Siria estén más o menos al mismo nivel.
Moscú también retiró de la base aérea de Khmeimim en Latakia la mayor parte de la flota rusa de caza-bombarderos, especialmente los aviones de ataque Su-24 y Su-25 avanzados, y los reemplazó con modelos más antiguos.
El ministerio de defensa en Moscú decidió retirar sus fuerzas armadas en Siria debido a que las evaluaciones de inteligencia indican que no habrá enfrentamientos intensos de combate que requieran un importante apoyo aéreo o terrestre ruso en cualquier lugar de Siria en un futuro cercano. La única excepción es la provincia norteña de Idlib, donde el grupo rebelde extremista, Hayat al-Tahrir, domina el respaldo clandestino de la inteligencia turca.
Según nuestras fuentes, la oficina del presidente Vladimir Putin en el Kremlin publicó esta semana un mensaje indirecto a Washington que representa su desaprobación de los refuerzos que se envían a Siria para consolidar las bases militares de Estados Unidos. El presidente ruso dijo que estaba decepcionado por la respuesta del gobierno de Trump al gesto que hizo al emitir una declaración conjunta con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el 27 de febrero, aprobando la eliminación de todas las fuerzas extranjeras de Siria.