El gobierno de Rusia predice que Turquía comenzará pronto a concluir su operación militar en el noreste de Siria, ya que los kurdos han acordado posponer sus planes de autogobierno, y ahora los combatientes kurdos patrullarán la frontera junto con las tropas del gobierno sirio.
La semana pasada parecía que el presidente ruso Vladimir Putin había aprobado la operación turca en el noreste de Siria, pero insistió en sus propias líneas rojas. Según analistas y funcionarios rusos, una de sus condiciones era que la operación no condujera a una ocupación permanente del territorio sirio.
También se espera que, a cambio de la respuesta de apoyo del Kremlin, el presidente turco Recep Erdogan acepte los planes de Moscú sobre el futuro político de Siria, en el que el presidente Bashar al-Assad recuperará el control de todo el país.
Putin y Erdogan hablaron por teléfono poco antes de que los aviones turcos comenzaran a bombardear las ciudades fronterizas kurdas.
El domingo, la administración autónoma kurda del norte y el este de Siria anunció oficialmente que las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) habían llegado a un acuerdo con Damasco y Moscú después de que Estados Unidos anunciara la retirada de sus tropas restantes de Siria.
A pesar de la hostilidad mutua entre los kurdos y Damasco, las SDF y las fuerzas del gobierno sirio se han enfrentado solo en raras ocasiones durante los muchos años de guerra. De hecho, a veces parecía que estaban coordinando sus campañas militares cuando les era conveniente a ambos.
Los rebeldes que se oponían a Assad comenzaron a acusar a los kurdos de coludir con el gobierno. Una opinión similar tienen los kurdos iraquíes, que han acusado repetidamente a sus hermanos sirios de complacer a Assad.
Sin embargo, los líderes kurdos insisten en que el conflicto entre los rebeldes y Assad no es su lucha y que no quieren que sus ciudades sean destruidas como la vecina provincia de Alepo.
Esto es aparentemente lo que los motivó a llegar a un acuerdo con el régimen de Assad.
Joshua Landis, director del Centro de Estudios sobre Oriente Medio de la Universidad de Oklahoma, señaló que la cuestión principal ahora es si Turquía cancelará su operación o si demostrará su voluntad de entrar en un enfrentamiento con las fuerzas del gobierno sirio y arruinar sus relaciones recientemente mejoradas con Moscú. El experto cree que el gobierno sirio intentará definitivamente tomar el control de los campos de petróleo y gas que actualmente están en manos kurdas, pero que son necesarios para la restauración de Siria.
Mientras que los funcionarios rusos dijeron a la Voz de América que confían en que Turquía no cruzará las líneas rojas establecidas por Putin, Landis comentó que el alcance de las ambiciones de Erdogan en Siria aún no está claro. “Erdogan también cree que Turquía tiene una misión única como heredera de un gran imperio, una nación fundada por hombres valientes”, escribió en un tweet.