La televisión estatal siria informó que se produjeron fuertes explosiones cerca del aeródromo T-4 en las primeras horas del lunes. Dijo que el aeródromo fue blanco de varios misiles y que la defensa aérea siria estaba respondiendo, y que había derribado ocho misiles.
Las imágenes de video en las redes sociales en el Líbano mostraron que aviones o misiles volando bajo sobre el país, aparentemente en dirección este hacia Siria.
Donald Trump había advertido al régimen y a sus partidarios de que pagarían un «alto precio» por el uso de armas químicas en un suburbio de Damasco, bajo control de los rebeldes, que mató a 42 personas. Sin embargo, el Pentágono negó que las fuerzas estadounidenses estuvieran involucradas en los ataques aéreos. Los informes sirios de que los misiles eran estadounidenses Tomahawks eran «incorrectos», dijo un funcionario del Pentágono.
Por separado, la Casa Blanca publicó una conversación telefónica entre Trump y Emmanuel Macron, en la cual los presidentes de Estados Unidos y Francia «acordaron intercambiar información sobre la naturaleza de los ataques y coordinar una respuesta fuerte y conjunta».
Macron dijo que los ataques con armas químicas en Siria cruzaban una » línea roja» para Francia, y las fuerzas francesas atacarían si se demostrara que el régimen estuvo involucrado.
También hubo especulaciones de que Israel podría estar detrás del ataque, ya que en febrero las Fuerza Aérea de Israel lanzó ataques aéreos contra la base T-4, en respuesta a la infiltración de un avión no tripulado iraní lanzado desde dicha base área.
Los ataques se producen en vísperas de una reunión planificada del Consejo de Seguridad de la ONU para discutir el ataque con armas químicas en Duma, que afectó al menos a 300 personas y mató a 42. Muchos de los muertos se habían refugiado en el sótano de un edificio que fue golpeado por un proyectil poco después de las 7:30 p.m. Médicos locales mal equipados dijeron que trataron a pacientes por asfixia, espuma en la boca, pupilas dilatadas y ojos quemados.