El ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu, ha condenado a algunos de sus aliados de la OTAN por su oposición a la invasión de Ankara al noreste de Siria, calificando de hipócritas sus críticas y acusándolos de armar a organizaciones terroristas.
Cavusoglu lanzó su ataque tras una reunión con el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, el viernes en Estambul. Rechazó la oposición europea a la operación turca, que los críticos han afirmado es un preludio a la reingeniería demográfica de la Siria kurda.
Las fuerzas de Turquía iniciaron el miércoles la Operación Primavera de la Paz, con el objetivo de desalojar a las Fuerzas Democráticas Sirias -encabezadas por las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo, o YPG- de una zona de amortiguación de unas 20 millas más allá de la frontera turco-siria.
El gobierno turco considera al YPG como una extensión del Partido Popular del Kurdistán, un grupo designado como terrorista que ha estado librando una guerra de guerrillas en Turquía desde la década de 1980.
Sin embargo, las Fuerzas de Autodefensa lideradas por el YPG se convirtieron en el aliado occidental más efectivo en la lucha contra el grupo militante Estado Islámico (ISIS), despejando en gran medida al grupo de Siria y causando miles de bajas en el proceso. Hasta el domingo, se desplegaron tropas estadounidenses en la región fronteriza turco-siria para proteger a las Fuerzas de Autodefensa de las incursiones extranjeras.
Stoltenberg pidió a Turquía que “actúe con moderación” en Siria, aunque reconoció que el país tenía “preocupaciones legítimas de seguridad” a lo largo de su frontera sur. Tanto la Unión Europea como Estados Unidos han tomado nota de las preocupaciones de Ankara y las han descrito como “legítimas”.
Cavusoglu sugirió que, si las preocupaciones de Turquía pueden considerarse legítimas, también lo pueden ser sus acciones armadas contra las fuerzas kurdas en el noreste de Siria. “No tenemos la responsabilidad de explicar esto, pero ya lo hicimos”, dijo a los periodistas.
Francia, Alemania, el Reino Unido y la Unión Europea han condenado la acción turca. El presidente de la Comisión de la UE, Jean-Claude Juncker, dijo que el bloque se negaría a financiar cualquier “zona segura” turca establecida en Siria, e instó a Ankara a ejercer moderación, informó Deutsche Welle.
El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Heiko Maas, dijo que su país condenó la invasión “en los términos más enérgicos posibles” y que Turquía corría el riesgo de “una mayor desestabilización de la región, al tiempo que corría el riesgo de un resurgimiento de [ISIS]”. Los ministros de Asuntos Exteriores francés y británico también expresaron su profunda preocupación por la operación.
Cavusoglu desestimó sus objeciones el viernes. “Usted dice que esto es legítimo, pero al mismo tiempo está en contra de la operación”, dijo. “Este no es mi problema, este es tu problema…. Diste armas a estas organizaciones terroristas, esta es tu hipocresía”.
Antes de su reunión con Stoltenberg, Cavusoglu le dijo a Hurriyet que las tropas turcas invasoras se enfrentan a armas suministradas por Estados Unidos. Dijo que las fuerzas kurdas estaban armadas con armamento estadounidense “sofisticado y pesado”, citando informes del ejército y la inteligencia de Turquía.
“Y la mayoría de ellos han sido suministrados por los EE.UU. incluso hace tres días”, afirmó. “Los EE.UU. suministraron camiones llenos de armas a esta organización terrorista. Debería haber una razón seria para apoyar a esta organización terrorista en vez de a un aliado de la OTAN”.