JINDIRES, Siria – Cuatro personas, entre ellas un niño de seis años, fueron rescatadas con vida de entre los escombros en Siria el viernes, cuatro días después de que un devastador terremoto matara a más de 22.700 personas en Siria y en la vecina Turquía, informaron un corresponsal de la AFP y los medios de comunicación estatales.
Voluntarios de la ciudad de Jindires, en el noroeste del país y controlada por los rebeldes, sacaron a Musa Hmeidi, conmocionado por los proyectiles, de entre los escombros de un edificio derrumbado, mientras decenas de residentes les aclamaban, según el corresponsal de AFP.
En la ciudad de Jableh, controlada por el gobierno, los equipos de emergencia sacaron a tres personas con vida de entre los escombros, informó la agencia de noticias estatal SANA.
El hallazgo de los cuatro supervivientes desafió los pronósticos, ya que, según los expertos, más del 90% de los supervivientes suelen ser rescatados en los tres primeros días de las operaciones de emergencia tras una catástrofe de tal magnitud.
El rostro magullado del niño estaba cubierto de vendas después de que los médicos le prestaran primeros auxilios in situ en Jindayris, una de las ciudades controladas por los rebeldes que resultaron gravemente dañadas por el terremoto del lunes.
“Musa fue rescatado de entre los escombros el quinto día después del terremoto”, dijo Abu Bakr Mohammed, uno de los voluntarios que sacaron al niño.
“Sufrió heridas leves, mientras que su hermano murió. Sus (otros) familiares siguen bajo los escombros. Todavía no sabemos nada de ellos”.
Los equipos de rescate y los residentes han realizado una carrera contrarreloj para encontrar supervivientes con los escasos medios de que disponen, a veces cavando con las manos desnudas o utilizando utensilios domésticos para retirar la mampostería derrumbada.
El martes, los equipos de rescate de Jindiris encontraron a una recién nacida viva bajo los escombros, con el cordón umbilical aún unido a su madre muerta.
El seísmo mató a más de 22.700 personas en Turquía y Siria, en una de las peores catástrofes de la región en un siglo. El viernes también se sacó de entre los escombros a seis supervivientes en Turquía.