Investigadores de la Universidad de Tel Aviv (TAU) y de la Universidad Hebrea de Jerusalén estudiaron la vida de los murciélagos de fruta desde su nacimiento hasta su madurez, para poder entender cómo los Chiropteros voladores se desplazan a grandes distancias.
Lo que encontraron es que los murciélagos, como los humanos, construyen un mapa cognitivo visual de sus alrededores, usando puntos de referencia como puntos de navegación.
Sus hallazgos fueron publicados en la portada de la revista Science. El estudio fue realizado por el Prof. Yossi Yovel, junto con los estudiantes Amitai Katz, Lee Harten, Aya Goldstein y Michal Handel del Laboratorio de Percepción Sensorial y Cognición del Departamento de Zoología, junto con el Prof. Ran Nathan del Laboratorio de Ecología del Movimiento de la Universidad Hebrea, así como el candidato al doctorado David Shohami y otros miembros del equipo de Nathan.
Muchos de los murciélagos jóvenes que crecieron en Tel Aviv están acostumbrados a grandes estructuras como el Centro Dizengoff, las torres Azrieli y la plétora de rascacielos que se extienden por toda la ciudad. Teniendo en cuenta que los murciélagos dependen en gran medida del sónar para la visión, y que dicho sónar no funciona a grandes distancias, se ha descubierto que el uso de estos puntos de referencia es clave para el mamífero que realiza estos largos viajes.
“La forma en que los animales son capaces de desplazarse a través de largas distancias es un antiguo acertijo”, explicó Yovel. “Los murciélagos son considerados campeones mundiales de la navegación: vuelan docenas de kilómetros en pocas horas, y luego regresan al punto de partida. Para este estudio utilizamos diminutos dispositivos GPS, los más pequeños del mundo, desarrollados por nuestro equipo, en un experimento nunca antes intentado: el seguimiento de las crías de murciélago desde el momento en que extienden sus alas hasta que llegan a la madurez, con el fin de comprender cómo se desarrollan sus capacidades de navegación. Nunca se ha realizado un estudio de este tipo sobre ninguna criatura viviente, y los hallazgos son muy interesantes”.
“Hasta ahora, las tecnologías de las que disponíamos no podían utilizarse para seguir a los pequeños animales salvajes en sus hábitats naturales con el suficiente detalle como para comprobar la existencia de un mapa cognitivo”, explicó Nathan.
Para el estudio, los investigadores utilizaron 22 murciélagos frugívoros nacidos en una colonia de TAU. Rastrearon sus movimientos a través de la Ciudad Blanca mientras buscaban comida en la jungla de hormigón. A partir de su muestra, llegaron a la conclusión de que los murciélagos navegan de forma similar a los humanos, usando dichos puntos de referencia como indicadores de navegación.
“Los murciélagos utilizan su sonar para navegar a través de distancias cortas, cerca de un árbol, por ejemplo”, mencionó Yovel. “El sonar no funciona para distancias mayores. Para ello, los murciélagos frugívoros utilizan su visión. En total, hemos cartografiado unas dos mil noches de vuelo de murciélagos en Tel Aviv. Encontramos que los murciélagos construyen un mapa mental: Aprenden a identificar y utilizar puntos de referencia visuales destacados como las Torres Azrieli, la Central Eléctrica de Reading y otros rasgos distintivos que sirven como indicadores visuales”.
“La prueba más distintiva de este mapa radica en su capacidad para realizar atajos. Como los humanos, los murciélagos, en algunas etapas, van de un punto a otro a través de nuevas rutas directas no tomadas anteriormente. Como conocemos la historia de vuelo de cada murciélago desde la infancia, siempre podemos decir cuándo un murciélago específico tomó un determinado atajo por primera vez. Descubrimos que al tomar nuevas rutas desconocidas los murciélagos volaban por encima de los edificios. Enviando aviones teledirigidos a la altitud y al lugar donde se había observado un murciélago, encontramos que las torres de la ciudad eran claramente visibles desde este alto ángulo. Aquí hay otro ejemplo asombroso de cómo los animales hacen uso de los rasgos hechos por el hombre”, concluyó.