Un estudio publicado el mes pasado en la revista Nature Climate Change trató de entender el impacto potencial de la inteligencia artificial en el cambio climático.
La IA tiene efectos tanto positivos como negativos en el clima, según el coautor del estudio, David Rolnick, profesor adjunto de informática en la Universidad McGill y miembro académico principal de Mila – Instituto de IA de Quebec.
“La IA afecta al clima de muchas maneras, tanto positivas como negativas, y la mayoría de estos efectos están mal cuantificados”, explicó. “Por ejemplo, la IA se utiliza para rastrear y reducir la deforestación, pero los sistemas de publicidad basados en la IA probablemente empeoran el cambio climático al aumentar la cantidad que la gente compra”.
Cómo las personas pueden cambiar el futuro de la IA
Los investigadores destacaron que tanto los ingenieros como los responsables políticos y los científicos pueden contribuir a utilizar la IA para alcanzar los objetivos climáticos, señaló la Universidad McGill. Por ejemplo, los vehículos autónomos basados en la IA pueden ayudar a reducir las emisiones de carbono si se utilizan para el transporte público, pero podrían aumentar las emisiones si se utilizan para el transporte personal.
“El cambio climático debería ser una consideración clave a la hora de desarrollar y evaluar las tecnologías de IA”, dijo la autora principal del estudio, Lynn Kaack, profesora adjunta de Ciencias de la Computación y Políticas Públicas en la Escuela Hertie.
“Descubrimos que los impactos más fáciles de medir no son necesariamente los de mayor impacto. Por eso es importante evaluar el efecto de la IA en el clima de forma holística”.