La salud mental de los hombres de origen negro, asiático y de minorías étnicas (BAME) es más probable que se vean afectados por la COVID-19 que los hombres británicos blancos de la misma edad, según el estudio. Pero el origen étnico no tiene ningún impacto en el deterioro de la salud mental de las mujeres.
El impacto del encierro causado por el coronavirus en los diferentes grupos étnicos se evaluó y comparó con la investigación de la Escuela de Negocios Adam Smith de la Universidad de Glasgow y la Escuela de Negocios de la Universidad de Exeter.
El estudio utilizó datos del Estudio Longitudinal del Hogar del Reino Unido (UKHLS) de 14 289 personas que fueron entrevistadas tanto del 2017 a 19 años como de nuevo en abril del 2020.
“Utilizando un Cuestionario de Salud General de 12 preguntas, un dispositivo de evaluación para identificar trastornos psiquiátricos menores, que crea una puntuación agregada para la salud mental de los participantes, los hombres BAME reportaron un deterioro del 14% en su salud mental desde el 2017-2019 hasta abril del 2020, pero para los hombres británicos blancos el deterioro fue menor con solo un 6,5%”, anunció el estudio. “Las mujeres también lucharon con su salud mental durante el encierro, experimentando un descenso en su salud mental similar al de los hombres BAME, pero no se encontró que el origen étnico haya desempeñado un papel significativo”.
“Parece que los individuos del sur de Asia son los que más sufren. Los individuos negros parecen muy resistentes. Aunque esto no quiere decir que no se vean afectados”, informó el profesor Eugenio Proto de la Adam Smith Business School, coautor del estudio.
El estudio demostró que los hombres de legado bangladeshí, indio y pakistaní experimentaron el mayor deterioro de su bienestar mental durante el encierro, y la diferencia en sus dos puntuaciones de salud mental mostró un aumento del 23% en la angustia mental.
Tras eliminar la influencia de factores como la edad, la ubicación, los ingresos, la educación, el tipo de trabajo, la situación laboral y la estructura familiar, se encontraron diferencias similares en el deterioro de la salud mental por grupos étnicos.
El estudio demostró que si bien los informes y estudios existentes, incluidos los de Public Health England, han establecido que la COVID-19 ha replicado y en algunos casos aumentado las desigualdades en materia de salud entre los individuos BAME y los que no lo son, éstos se han centrado principalmente en la salud física, y no en la mental.
El profesor Climent Quintana-Domeque de la Escuela de Negocios de la Universidad de Exeter señaló: “Se necesita mucho más trabajo para comprender las fuentes de las desigualdades étnicas e informar mejor el diseño de respuestas políticas eficaces”.