Las empresas de tecnología, los investigadores y los reguladores tienen su trabajo por delante en la próxima década. Desde recuperar la confianza del público y abordar la crisis de la privacidad, hasta hacer viables las monedas digitales, a continuación, se presentan 10 de los desafíos más apremiantes a los que se enfrenta la industria tecnológica mundial.
Restaurar la confianza del público
En los últimos 10 años, la percepción pública de las empresas de tecnología se ha invertido. De percibidas como salvadoras de la sociedad, que ofrecían libertad y eficiencia, se han convertido en empresas despreciadas que aprovechan la debilidad humana para obtener beneficios. La nueva década es la oportunidad de las empresas tecnológicas para restaurar su imagen, lo cual es crucial porque, sin la confianza del público, les resultará mucho más difícil operar. Para empezar, serán sometidas a un mayor escrutinio bajo severas regulaciones que pueden obstaculizar la innovación. El reclutamiento de talento se convertirá en un reto mayor, con empleados de calidad que se moverán hacia industrias menos divisivas. Por lo tanto, ¿cómo pueden las compañías tecnológicas rehabilitar su imagen? Desafortunadamente, una campaña publicitaria bien financiada no va a lograrlo. Las empresas tecnológicas tendrán que empezar a implementar cambios profundos en los fundamentos de su conducta. La siguiente sección es un buen lugar para empezar.
Resolviendo la crisis de la privacidad
Si le preguntara a los lectores qué aspecto de la actividad de las grandes empresas tecnológicas y de los proveedores de servicios les resulta más inquietante, la respuesta probablemente sería la preocupación por la privacidad. Empresas como Facebook, Google, Amazon y Twitter han convertido la violación de la privacidad de los usuarios en un modelo de negocio. Para ganar dinero, tienen que reunir la mayor cantidad de información detallada posible sobre los usuarios para poder dirigirlos mejor a los anuncios. Uno de los principales problemas en este sentido es que, como se aprendió del infame caso de Cambridge Analytica, es muy difícil evitar que este tipo de datos se filtren y sean mal utilizados. Si las empresas quieren realmente recuperar la confianza del público, deben establecer nuevos modelos de negocio que no se basen en infracciones masivas de la privacidad.
Luchar contra las noticias falsas y las redes de bots
Pasarán muchos años, si no décadas, antes de que podamos evaluar y apreciar el alcance total del mal uso de las redes sociales para afectar la política y las campañas electorales. En los albores de la nueva década, las empresas tecnológicas deben dar todo de sí para cortar de raíz el fenómeno de la intervención política mediante el uso de falsas redes de bots de difusión de noticias en los medios sociales. Con las próximas elecciones presidenciales de Estados Unidos de este año, Google, Facebook y Twitter se enfrentarán a su mayor reto desde 2016. Más vale que no fallen.
Convertir los vehículos autónomos en una realidad
A mediados de la última década, los vehículos autónomos surgieron como la principal promesa de la década de 2020. Con el paso de los años, se hizo evidente que los retos tecnológicos pueden ser demasiado importantes para permitir un uso generalizado en un futuro previsible. Sin embargo, los coches autónomos ya están aquí e incluso se están utilizando comercialmente a una capacidad muy limitada y experimental. Los retos no son insuperables y los vehículos autónomos son cruciales. El uso extensivo puede ayudar a abordar una serie de cuestiones, desde la reducción del número de muertes por tráfico, pasando por la disminución de la congestión, hasta la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y la contaminación.
Abordar el elefante gigante de la economía en la sala
La economía gigante es responsable de algunos de los cambios más devastadores en el mercado laboral mundial, creando una nueva clase trabajadora que se lleva la peor parte del trabajo tanto por cuenta propia como ajena, no tiene casi ninguno de los beneficios sociales del empleo, pero tampoco la libertad que viene con ser tu propio jefe. Si la tendencia actual continúa, es probable que los servicios de la economía gigante se extiendan a nuevos campos en el futuro, incluyendo las profesiones que requieren altas calificaciones.
Las empresas, y especialmente los legisladores, deben poner a prueba y abordar la cuestión para evitar que el nuevo statu quo de los trabajadores desfavorecidos de la gigantoeconomía se convierta en la nueva norma. El año pasado, California dio un primer paso, aprobando un controvertido proyecto de ley que requeriría que empresas como Uber y Lyft, por ejemplo, trataran a sus conductores como empleados regulares. Esto no es necesariamente una solución para todo, pero es un paso en la dirección correcta. Esto también es cierto en Israel, donde las empresas cuyo modelo de negocio se basa en empleados de la economía gigante, como la empresa de entrega de alimentos a demanda Wolt Enterprises Oy y las empresas que comparten scooters eléctricos Bird Rides Inc. y Lima, se están expandiendo rápidamente.
Descifrar los mercados de RV y RA
Una cosa que la década pasada no nos dio es un nuevo dispositivo de hardware para interrumpir el mercado. En 2007, el iPhone hizo justamente eso, iniciando la revolución de los teléfonos inteligentes. Ha habido algunos dispositivos notables, el iPad en 2010, el Samsung Galaxy Note en 2011 y el Apple Watch en 2015, pero ninguno de ellos fue un catalizador de una revolución tecnológica y cultural significativa. Si hay una familia de productos que podría ser el iPhone de los próximos años serían los auriculares de realidad virtual o las gafas de realidad aumentada. En la última década, hemos visto algunos valientes esfuerzos en este campo, incluyendo Google Glass, Oculus Rift de Facebook, Microsoft HoloLens y las gafas de realidad aumentada de Magic Leap Inc.
La RA y la RV tienen el potencial de dar lugar a un dispositivo revolucionario que transforma la forma en que nos comunicamos entre nosotros y con nuestro entorno inmediato y en línea, pero ninguna empresa ha logrado crearlo todavía. Bastantes actores están invirtiendo mucho en este campo, siendo Apple la más destacada, y hacer un producto viable será uno de sus principales retos.
Eliminar el sesgo inherente de la Inteligencia Artificial
La inteligencia artificial ya se utiliza ampliamente, desde el algoritmo que determina el contenido que se muestra en el feed de Facebook hasta los sistemas de identificación biométrica. Se espera que su uso crezca significativamente en la próxima década, a pesar de algunas preocupaciones justificadas. Lo más importante que hay que resolver es la tendencia de los sistemas de IA a internalizar los prejuicios humanos. Un ejemplo es la propensión de los sistemas de identificación a identificar erróneamente a cualquier persona que no sea un hombre blanco. Este y otros tipos de sesgos tendrán un efecto negativo en las vidas de las minorías en todo el mundo, y su solución debería ser una prioridad máxima durante la próxima década.
Una posible solución también podría ayudar a resolver otro mal de la industria tecnológica: la falta de diversidad étnica y de género en la fuerza laboral. Las investigaciones demuestran que algunas de las razones por las que los sistemas de Inteligencia Artificial son tan malos para identificar correctamente a las mujeres y a las personas de color tienen que ver con el hecho de que la tecnología está siendo desarrollada por equipos formados en su mayoría por hombres blancos.
Actualización de la antigua infraestructura de telecomunicaciones
Hacia finales de 2019, varios países comenzaron a desplegar la infraestructura celular de quinta generación (5G). Algunos países también cuentan con infraestructura de fibra óptica. Pero estas dos tecnologías aún no se han generalizado. La infraestructura de Internet ultrarrápida es un componente vital de los servicios futuros, tales como vehículos autónomos, AR y VR, sistemas urbanos inteligentes y dispositivos de IO. La carga aquí no recae sobre las empresas de tecnología, sino sobre las ciudades y los países que necesitan esta infraestructura para dar un paso hacia el futuro, en lugar de quedarse estancados en el pasado.
Convertir las monedas criptográficas en algo corriente
A día de hoy, 12 años después del lanzamiento del bitcoin, las criptodivisas siguen siendo una herramienta casi exclusivamente especulativa. La tecnología que se suponía que iba a dar un giro a la economía no podía ni siquiera convertirse en un método de pago en Starbucks. Esta tecnología tiene el potencial de crear un sistema financiero más flexible, uno en el que las personas que no tienen una cuenta bancaria podrían seguir utilizando servicios bancarios y de transferencia de dinero gratuitos, rápidos y avanzados. Sin embargo, todavía no ha surgido una solución viable que le ayude a alcanzar su potencial y a ser ampliamente implementada. El intento más significativo en este sentido, la Libra de Facebook, se encontró con un muro de legisladores y reguladores, como resultado de la mencionada desconfianza en las grandes empresas de tecnología. Pero el potencial sigue ahí, solo se necesita la empresa adecuada con la solución correcta para realizarlo.
Afrontar la crisis climática
El papel de las empresas tecnológicas en la exacerbación de la crisis ambiental puede ser pequeño, pero aún así pueden desempeñar un papel importante en la solución de la misma. Sectores como el de la energía, el transporte y la agricultura son mucho más contaminantes, aunque el rápido crecimiento del sector del comercio electrónico ha pasado factura por la huella de carbono de las entregas en línea. El cambio climático no está en el centro de los modelos de negocio de las grandes empresas tecnológicas, pero empresas como Apple, Google, Facebook, Microsoft y Amazon, emplean a algunas de las mentes más creativas del mundo y tienen presupuestos gigantescos de investigación y desarrollo, algunos de los cuales pueden destinarse a hacer un mundo más verde. La crisis climática es, sin duda, el desafío más crucial que debe afrontar la humanidad, y esto incluye a las empresas tecnológicas.