Las piscinas de lodo tóxico corren el riesgo de derrumbarse y contaminar las reservas naturales del sur de Israel, han advertido expertos y residentes.
Las piscinas de almacenamiento del Grupo ICL para la cercana planta minera de fosfatos de Zin, en el valle de Arava, fueron sometidas recientemente a un examen por parte de la empresa, cuyos resultados fueron examinados por ciudadanos de los pueblos cercanos y expertos, informó el martes la emisora pública Kan.
Las piscinas presentan una serie de problemas que podrían suponer un colapso en cualquier momento, advirtieron. Los muros son más inclinados de lo permitido y se construyeron con subproductos no regulados de la fábrica, según el informe.
La probabilidad anual de que se produzca un fallo es del 50%, según los residentes, basándose en el reciente examen del lugar.
“Cuando leí el informe no pude dormir por la noche”, dijo a la cadena Dorit Evyatar, de la cercana localidad de Hazeva. Advirtió que quienes hacen senderismo en el arroyo cercano no saben que en cualquier momento pueden ser arrastrados por una “inundación de agua muy, muy peligrosa”.
En junio de 2017, se produjeron daños ambientales cuando la pared de una piscina de almacenamiento se derrumbó parcialmente, enviando 100.000 metros cúbicos de líquido ácido de fosfoyeso al cercano arroyo Ashalim, un cauce seco que lleva desde la zona industrial de Rotem, a través de una reserva natural, hasta el Mar Muerto.
Las aguas residuales tóxicas destruyeron todo a su paso por el desierto, envenenando a un tercio de las cabras montesas de la zona, así como a otros animales y plantas.
En un estudio reciente del Instituto Weizmann de Ciencia y la Autoridad del Agua de Israel, recogido por el diario Haaretz, se decía que el agua estaba contaminada con metales que pueden causar cáncer, incluso al contacto.
El geólogo Amotz Agnon, de la Universidad Hebrea, advirtió que los muros podrían derrumbarse si se produce un fuerte terremoto en la zona. Terremotos menores sacuden con frecuencia el desierto del Néguev. En abril de 2020 se registró un terremoto de 4,1 grados en la escala de Richter.
La planta de extracción de fosfatos de Zin fue cerrada recientemente por ICL, pero las piscinas en riesgo permanecen. La cadena dijo que no estaba claro quién supervisaba el lugar, si es que había alguien.
La empresa respondió que los muros eran estructuralmente sólidos y que se habían construido de acuerdo con las normas. Sin embargo, el Ministerio de Protección Medioambiental dijo que en los próximos días emitiría instrucciones actualizadas para la planta, que incluirían la exigencia de arreglar las piscinas para garantizar su estabilidad, según el informe.