Aproximadamente uno de cada 10 niños tuvo síntomas que permanecieron después de recuperarse del COVID-19, aunque ese número se redujo a más de la mitad a medida que pasaban los meses, según mostró el lunes una encuesta del Ministerio de Sanidad.
La enfermedad grave provocada por el nuevo coronavirus es más común entre los adultos, pero faltan datos sobre el impacto del virus en los jóvenes, que son mucho menos propensos a sufrir complicaciones graves, según el Ministerio.
En junio se llevó a cabo una encuesta telefónica entre 13.834 padres de niños de entre 3 y 18 años que se habían recuperado del COVID-19, en la que se preguntaba si sus hijos tenían síntomas persistentes, como problemas respiratorios, letargo y pérdida de olfato y gusto.
El ministerio dijo que el 11,2% de los niños tenían algunos síntomas después de la recuperación. La cifra se redujo al 1,8%-4,6% a los seis meses de la enfermedad aguda, y los niños mayores sufrieron más.
El ministerio no mencionó las vacunas ni su impacto. La encuesta se llevó a cabo en el momento en que los israelíes de 12 a 15 años empezaban a tener derecho a ser vacunados.
Israel permitía que los jóvenes de 16 a 18 años se vacunaran meses antes.
Una reciente encuesta británica ha descubierto que hasta uno de cada siete niños puede tener síntomas relacionados con el coronavirus meses después de dar positivo en la prueba de COVID-19.