Científicos israelíes han descubierto que los pacientes con cáncer generan y mantienen niveles elevados de anticuerpos gracias a las vacunas contra el coronavirus.
Un estudio revisado por médicos del Centro Médico Rabin de Petah Tikva descubrió que alrededor del 87% de los pacientes con cáncer tenían altos niveles de anticuerpos cuatro meses después de la vacunación.
Se trata de una tasa inferior a la de las personas con sistemas inmunitarios plenamente operativos -el 100% de las cuales tenían buenos niveles de anticuerpos-, pero representa una buena respuesta de los pacientes con cáncer, según el estudio.
“Esto fue tranquilizador, en el sentido de que incluso cuando las personas están recibiendo una terapia contra el cáncer que hace que el sistema inmunológico sea menos activo, todavía hay una buena educación inmunológica que puede producir anticuerpos”, dijo el profesor Salomon Stemmer del Instituto de Oncología del hospital, autor principal del estudio, a The Times of Israel.
Desde que se concluyó el estudio, muchos israelíes -algunos mucho más de cuatro meses después de la vacunación- han visto descender sus niveles de anticuerpos, en lo que se cree que es un signo de protección comprometida. En respuesta a esto y a la amenaza que supone la variante Delta, el gobierno puso en marcha vacunas de refuerzo para los israelíes inmunodeprimidos y, posteriormente, para cualquier persona mayor de 60 años.
A pesar de que la situación ha cambiado, el estudio sigue siendo un motivo de esperanza, según los autores. Sugirieron que el hecho de que los pacientes con cáncer respondieran tan bien a las segundas dosis indicaba que era probable que los beneficios de las vacunas de refuerzo también se mantuvieran.
“Este estudio demuestra que los pacientes con cáncer desarrollan bien los anticuerpos después de la primera y la segunda dosis, y es probable que también lo hagan después de las vacunas de refuerzo”, dijo Stemmer.
El estudio, publicado en la revista JAMA Oncology, se basó en los datos de 95 pacientes con cáncer y 66 personas sanas, que recibieron dos dosis de la vacuna contra el coronavirus de Pfizer.
Se cree que los resultados son esperanzadores para la sociedad en general, así como para los pacientes con cáncer, ya que se piensa que la reducción de las infecciones entre ellos reduce el peligro de que surjan nuevas variantes. Se cree que es más probable que surjan nuevas variantes en personas inmunodeprimidas que luchan por sacudirse el virus.