Científicos israelíes afirman haber utilizado una sustancia química natural para hacer que las heridas de los cerdos se curen dos veces más rápido de lo que lo harían de otro modo. Esperan poder desarrollar la sustancia para su uso en humanos, y afirman que también podría convertirse en “una alternativa a los antibióticos del futuro”.
El diindolilmetano (DIM) se encuentra en el brócoli, la coliflor y otras verduras. Un equipo de investigación de la Universidad Ben Gurion estudió su impacto en las bacterias en condiciones de laboratorio, y descubrió que perjudica su capacidad de funcionamiento.
Los científicos tomaron cerdos, cada uno con varias heridas, y los trataron con antibióticos o con una forma sintética de DIM. Las heridas tratadas con antibióticos tardaron una media de 10 días en cerrarse por completo, mientras que las tratadas con una pomada a base de DIM tardaron cinco días.
El profesor Ariel Kushmaro y sus colegas publicaron sus resultados en la revista Pharmaceutics, y están trabajando en la elaboración de una pomada para animales. También están estudiando si tiene beneficios para la salud como aditivo alimentario para animales.
“Lo que vimos en nuestro experimento fue que las heridas se curaban más rápido cuando se trataban con DIM”, dijo Kushmaro a The Times of Israel.
También vieron por qué.
“Los antibióticos matan la capa de bacterias que hay en la herida. Crece una capa de tejido nuevo, pero también hay tejido muerto y bacterias muertas. Con el DIM, como no se matan las bacterias, no hay capa de tejido muerto ni bacterias muertas, por lo que el cierre es más rápido”.
El objetivo a largo plazo del equipo es probar el DIM en heridas humanas y ayudar a lanzar un nuevo enfoque en la medicina humana. Kushmaro afirma que su investigación es apasionante por el mecanismo que ilustra. “Se trata de un cambio de juego y de un nuevo concepto de tratamiento antimicrobiano”, dijo Kushmaro.
Añadió que, aunque el enfoque es totalmente diferente de los antibióticos, podría convertirse en un elemento básico de la lucha contra las bacterias en el futuro, como lo son hoy los antibióticos.
El DIM interfiere en la comunicación entre las bacterias, de forma similar a los inhibidores de señal que interfieren en la comunicación por radio o teléfono móvil. “Las bacterias ‘hablan’ entre sí mediante señales químicas, y al bloquear o interferir esta comunicación se aísla a cada bacteria para que esté sola”, explica Kushmaro.
“Esta comunicación hace que las bacterias expresen genes virulentos, y cuando no lo hacen se vuelven menos virulentas y más vulnerables a los antibióticos y al sistema inmunitario”.
Existe un interés creciente a nivel internacional por el potencial de inhibición de las bacterias al dañar la comunicación, y Kushmaro dijo que es optimista en cuanto a que su investigación supondrá una contribución significativa.
Kushmaro y sus colegas, entre los que se encuentran la Dra. Karina Golberg y el profesor Robert Marks, esperan tener un producto aprobado para animales en un plazo de cinco años. El DIM ya se utiliza en algunos tratamientos contra el cáncer, pero un uso totalmente nuevo tardará en desarrollarse y recibir la aprobación, por lo que Kushmaro cree que pasará más de una década antes de que se pueda desarrollar un producto para humanos.
A largo plazo, sin embargo, es muy optimista sobre su potencial.
“Esta idea de interferir la comunicación entre las bacterias de alguna manera es más prometedora que los antibióticos”, dijo Kushmaro. “Podría ser una alternativa a los antibióticos del futuro”.