El cometa que impactó la Tierra hace 12.800 años desencadenó cambios climáticos que llevaron a los habitantes de Abu Hureyra en Siria a adoptar la agricultura.
La transición de cazadores-recolectores a agricultores
El conocido asentamiento sirio de Abu Hureyra es testimonio de la transición histórica de ser cazadores-recolectores a agricultores. Esta transformación fue impulsada por un evento cósmico catastrófico.
Un cometa fragmentado chocó con la atmósfera terrestre hace 12.800 años, provocando una serie de cambios ambientales. Estos drásticos cambios obligaron a los habitantes de este asentamiento a replantearse su modo de subsistencia, optando por la agricultura.
Según recientes publicaciones en la revista Science Open: Airbursts and Cratering Impacts, esta teoría se alinea con la Hipótesis del Impacto del Younger Dryas, que sugiere que el enfriamiento terrestre de hace casi 13 milenios resultó de tal impacto.
Impacto cósmico y sus repercusiones en Abu Hureyra
El profesor (emérito) James Kennett de la Universidad de California en Santa Bárbara, destaca que previamente la región presentaba condiciones más húmedas y boscosas, ofreciendo diversas fuentes de alimentos. Sin embargo, post impacto, las condiciones se tornaron más secas y frías, dificultando la vida de cazadores-recolectores.
Las evidencias arqueológicas indican que los residentes de la aldea comenzaron a cultivar alimentos básicos como cebada, trigo y legumbres ante el cambio ambiental.
Hoy, el legado arqueológico de Abu Hureyra se encuentra sumergido bajo el lago Assad, formado tras la construcción de la presa de Taqba hace cincuenta años. A pesar de ello, los estudios previos al embalse proporcionaron valiosos registros sobre la dieta de sus habitantes antes y después del impacto cósmico.
Transformación dietética post impacto
Antes del evento, los habitantes consumían principalmente legumbres y cereales silvestres, complementando su dieta con frutas y bayas. Sin embargo, tras el impacto, las fuentes de alimentos se redujeron, llevando a una adaptación hacia cereales y lentejas más domesticados.
Un milenio después, se observa que los primeros cultivos neolíticos, tales como trigo emmer, trigo einkorn, cebada mondada, y otros, prosperaban en el ahora conocido Creciente Fértil.
Además, se evidenció un aumento en plantas resistentes a la sequía en el registro arqueológico, reflejando el clima más seco que prevalecía tras el inicio del Younger Dryas.
El Neolítico y el auge de la agricultura
Los registros evidencian una transformación sustancial en la estructura de asentamientos durante esta época. Observaciones revelan una disminución notable en la población de ciertas regiones y una evolución en la arquitectura que denota una tendencia hacia prácticas agrarias. Esto se manifestó en la domesticación de animales, evidenciada por estabulaciones tempranas de ganado.
Kennett señala que, si bien la agricultura floreció en diversas áreas globales durante el Neolítico, fue el Levante – incluyendo regiones de la actual Siria, Israel, Jordania, Líbano, y partes de Turquía – donde emergió primariamente. Esto se atribuye a condiciones climáticas adversas resultantes de un impacto significativo.
Los registros de Abu Hureyra, con una antigüedad de 12.800 años, muestran evidencias de incendios masivos. Destacan hallazgos como una capa rica en carbono, denominada “alfombra negra”, con concentraciones elevadas de platino, nanodiamantes y pequeñas esférulas metálicas, indicativos de temperaturas extremas que superan las capacidades tecnológicas humanas de la época.
Pruebas de cataclismos cósmicos en asentamientos antiguos
No es el único indicio de un cataclismo cósmico afectando asentamientos humanos. Relatos anteriores mencionan un evento similar, aunque en menor escala, que aniquiló la ciudad bíblica de Tall el-Hammam en el valle del Jordán alrededor del 1600 a. C.
Adicionalmente, hallazgos consistentes con esta teoría, como la capa negra, nanodiamantes y minerales vitrificados, han sido identificados en más de 50 sitios en Norteamérica, Sudamérica y Europa. Estos descubrimientos están agrupados bajo el nombre de Younger Dryas strewnfield. Los expertos consideran estos datos como evidencia de un devastador evento simultáneo y global, probablemente causado por un cometa fragmentado colisionando con la atmósfera terrestre.
Estos eventos catastróficos podrían haber precipitado la extinción de grandes mamíferos, como mamuts y gatos dientes de sable, así como el declive de la cultura Clovis en Norteamérica.
¿Ausencia de cráteres? Una perspectiva moderna
A pesar de la magnitud del evento, no hay evidencias de cráteres en la tierra. Kennett argumenta que no siempre es necesario un cráter para confirmar un impacto. Hay muchos incidentes aceptados que carecen de cráteres visibles. La comunidad científica continúa reuniendo datos sobre detonaciones cósmicas de menor presión, caracterizadas por ondas de choque que se originan en la atmósfera y descienden hacia la Tierra.
El cuarzo deformado: un indicador de impactos espaciales
El cuarzo chocado, notorio en la comunidad científica, actúa como un firme indicativo de impactos cósmicos. Las únicas fuerzas capaces de originar estas marcas en los granos de cuarzo son similares a las de las explosiones cósmicas. Este tipo de deformaciones se ha detectado profusamente en minerales derivados de cráteres de impacto.
En lugares como Abu Hureyra y otros emplazamientos del Younger Dryas Boundary (YDB), a pesar de la falta de cráteres, se ha señalado esta evidencia de impacto cósmico. Sin embargo, hay debates acerca de si el cuarzo deformado en estos lugares es análogo al de los grandes sitios formadores de cráteres.
Los expertos han intentado vincular estas deformaciones con eventos cósmicos menos intensos. Para lograrlo, han analizado explosiones humanas equivalentes a detonaciones cósmicas, como las pruebas nucleares en Alamogordo, Nuevo México, en 1945, y en Kazajstán, en 1949 y 1953.
Comparativa entre cuarzo chocado y pruebas nucleares
Kennett mencionó: “En nuestros estudios, hemos detallado las formas de estas deformaciones resultantes de eventos de baja presión. Lo hicimos con el objetivo de cotejarlo con el cuarzo chocado hallado en el YDB y determinar posibles semejanzas con lo observado en el sitio de ensayos nucleares Trinity y otras detonaciones atómicas”.
Al comparar el cuarzo afectado en lugares de pruebas nucleares con el encontrado en Abu Hureyra, se descubrieron similitudes notables en sus características. Destacan las fracturas repletas de vidrio, un indicador de temperaturas que exceden los 2.000 grados Celsius, superando el umbral de fusión del cuarzo.
Estos hallazgos sugieren un lazo causal entre impactos extraterrestres, alteraciones ambientales y climáticas a nivel hemisférico y transformaciones significativas en culturas y sociedades humanas, incluyendo avances en agricultura.