El miércoles se observó la explosión de rayos gamma más energética jamás registrada, confirmando las predicciones de los investigadores del Instituto Tecnológico Technion-Israel.
El estallido, denominado GRB 221009A, se produjo a 2.400 millones de años luz de la Tierra después de que los investigadores de la Facultad de Física, dirigidos por los profs. Arnon Dar y Shlomo Dado, publicaran un estudio en The Astrophysical Journal Letters y en Internet Archive en el que se predice la intensidad del evento y otros detalles.
Los estallidos de rayos gamma son un fenómeno en el que se emite una cantidad masiva de rayos X y gamma en cuestión de segundos en un solo pulso o en múltiples pulsos posteriores.
Hace unos 25 años, Dar, junto con los profesores Ari Laor y Nir Shaviv, publicó un artículo en el que planteaba que los estallidos de rayos gamma podrían haber causado algunas de las principales extinciones que se produjeron en la Tierra.
¿Cuándo se descubrieron los estallidos de rayos gamma?
Los estallidos de rayos gamma se descubrieron por primera vez cuando Estados Unidos envió satélites al espacio para identificar posibles pruebas nucleares realizadas por la Unión Soviética en 1967. Sin embargo, la existencia de los estallidos de rayos gamma no se hizo pública hasta 1973, después de que Estados Unidos se diera cuenta de que no estaban causados por la actividad humana.
Incluso después de que se publicara su descubrimiento, se creía ampliamente que los estallidos de rayos gamma tenían lugar en la Vía Láctea. Sin embargo, en 1991, los investigadores de la NASA observaron que se producían principalmente en galaxias lejanas.
Tres años más tarde, Dar y Shaviv publicaron un nuevo modelo que describía el fenómeno como un chorro de bolas de materia que se mueven cerca de la velocidad de la luz y que se emiten en el nacimiento de estrellas de neutrones o agujeros negros. A partir de estos hallazgos, Dar y Dado, junto con el profesor Álvaro De Rujula, de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN) en Ginebra, desarrollaron el “modelo de la bala de cañón”, que postula que las bolas de materia crean un estrecho haz de fotones de alta energía, electrones y núcleos atómicos al dispersar la luz y la materia a su paso. Una vez que los fotones del haz llegan a la Tierra, pueden ser observados por telescopios tanto en el espacio como en tierra.
En el último estudio, Dar y Dado encontraron una conexión entre los estallidos de rayos gamma y los rayos cósmicos, explicando que los campos magnéticos dispersan los núcleos y electrones del haz sin una pérdida de energía resultante, pasando a formar parte de los rayos cósmicos. Los investigadores demostraron que los rayos cósmicos y los estallidos de rayos gamma se crean probablemente durante el nacimiento de una estrella de neutrones o un agujero negro.