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Portada » Ciencia y Tecnología » Israel impulsa desalinización y reciclaje para seguridad hídrica

Israel impulsa desalinización y reciclaje para seguridad hídrica

21 de mayo de 2025

Israel produce 70% de agua potable por desalinización y recicla el 90% para agricultura, liderando en gestión hídrica eficiente.

Desalinización y reciclaje fortalecen suministro de agua en Israel

Israel produce más del 70% de su agua potable mediante desalinización, un logro que posiciona al país como líder mundial en gestión hídrica. La planta de Sorek, ubicada a 15 km al sur de Tel Aviv, es la mayor instalación de ósmosis inversa del mundo, con una capacidad de 624,000 m³/día. Operada por IDE Technologies, esta planta suministra el 20% del agua municipal del país. La empresa estatal Mekorot gestiona una red de distribución que integra agua desalinizada y reciclada, alcanzando una tasa de fuga inferior al 3%, una de las más bajas globalmente. Este sistema asegura un suministro estable, incluso durante sequías prolongadas, reduciendo la dependencia de fuentes naturales como el Mar de Galilea.

La desalinización por ósmosis inversa, implementada en plantas como Ashkelon, Hadera, Palmachim y Ashdod, ha transformado la disponibilidad de agua en Israel. Desde 2005, cuando se inauguró Ashkelon, el país ha incrementado su capacidad de desalinización a 600 millones de m³/año, con planes de alcanzar los 900 millones de m³/año para 2023 con nuevas plantas como Sorek II. Esta tecnología utiliza membranas semipermeables que filtran sales y contaminantes, produciendo agua apta para consumo humano. El proceso consume un 3.4% de la energía nacional, pero innovaciones como bombas de alta eficiencia y sistemas de recuperación de energía han reducido los costos a 0.58 USD/m³ en Sorek, un referente global.

La reutilización hídrica complementa la desalinización. Israel recicla cerca del 90% de sus aguas residuales, la tasa más alta del mundo. La planta de Shafdan, en Tel Aviv, trata 134 millones de m³/año de aguas residuales, que se purifican mediante tratamiento terciario y se destinan principalmente a la agricultura. Este sistema permite liberar agua potable para uso doméstico mientras se abastece a cultivos en regiones áridas como el Néguev. Mekorot emplea tuberías diferenciadas, conocidas como “tuberías púrpura”, para distribuir agua reciclada, minimizando la contaminación cruzada y optimizando el uso de recursos.

El proceso de ósmosis inversa en Sorek incluye cuatro etapas: pretratamiento, filtración micrónica, ósmosis inversa y postratamiento. El agua marina se extrae a 1.85 km de la costa mediante tuberías con redes que protegen la fauna marina. Tras la filtración inicial en capas de carbón y grava, se aplica alta presión para separar las sales a través de membranas con poros de menos de 0.01 micras. El postratamiento agrega minerales como magnesio y calcio para cumplir con estándares de consumo. La salmuera residual se diluye con agua de enfriamiento de plantas energéticas y se devuelve al mar, reduciendo el impacto ambiental.

Datos clave sobre desalinización y reciclaje en Israel

  • Capacidad de desalinización: 600 millones de m³/año, proyectado a 900 millones para 2023.
  • Planta Sorek: Produce 150 millones de m³/año, 20% del agua municipal de Israel.
  • Reciclaje de agua: 90% de aguas residuales reutilizadas, líder mundial.
  • Tasa de fuga: Menos del 3% en la red de distribución de Mekorot.
  • Costo energético: Desalinización consume 3.4% de la energía nacional.
  • Precio del agua: 0.58 USD/m³ en Sorek, uno de los más bajos globalmente.

Infraestructura hídrica y avances tecnológicos en Israel

La red de distribución de Mekorot, conocida como el Transportador Nacional de Agua, conecta fuentes del norte, como el Mar de Galilea, con regiones del sur, incluyendo el Néguev. Construida en 1964, esta infraestructura transporta agua desalinizada y reciclada a través de canales, tuberías y túneles, con un diseño que aprovecha la gravedad y estaciones de bombeo. En 2008, Mekorot instaló una quinta tubería hacia Jerusalén, duplicando la capacidad a 150 millones de m³/año. La empresa también opera 23 plantas de desalinización, que utilizan 66,000 membranas para tratar agua marina y salobre, eliminando químicos como el boro mediante tecnologías patentadas.

El manejo de salmuera es un aspecto crítico. En Sorek, la salmuera se mezcla con agua de enfriamiento de centrales eléctricas, reduciendo su salinidad antes de devolverla al mar a través de tuberías difusoras. Esto minimiza el impacto en ecosistemas marinos, aunque estudios señalan que la fauna local, como algas y moluscos, puede proliferar en estas zonas. IDE Technologies ha implementado diseños modulares en Sorek II, con tubos de presión de 16 pulgadas que duplican la eficiencia de los sistemas convencionales de 8 pulgadas, reduciendo costos de infraestructura.

La integración de agua reciclada en la agricultura ha transformado el Néguev. Desde 1959, la tecnología de riego por goteo, desarrollada por Simcha Blass, optimiza el uso de agua reciclada, permitiendo cultivos en suelos áridos. En 2022, el 90% del agua agrícola proviene de fuentes recicladas, liberando agua desalinizada para consumo doméstico. Esta estrategia ha reducido la presión sobre los acuíferos costeros y montañosos, que históricamente sufrían salinización. Mekorot rehabilitó el Acuífero Central, que aporta 420 millones de m³/año, mediante pozos y barreras hidrológicas que previenen la intrusión de agua salada.

La inversión en investigación y desarrollo ha sido clave. IDE Technologies y el Instituto Zuckerberg de Investigación Hídrica han liderado avances en eficiencia energética y tratamiento de aguas. Sin embargo, los ingenieros reconocen que mejoras significativas en el consumo energético, que representa el 35% del costo del agua desalinizada, son limitadas sin avances en energías renovables. Los paneles solares en Sorek generan energía para iluminación, pero no cubren las necesidades de ósmosis inversa, que opera 24/7. Proyectos como el Canal mar Rojo-mar muerto, en colaboración con Jordania, planean producir 200 millones de m³/año adicionales, compartiendo agua con socios regionales.

Impacto de la gestión hídrica en la economía y medioambiente

La desalinización y el reciclaje han impulsado la economía de Israel. El agua desalinizada cuesta a los hogares 30 USD/mes, comparable a ciudades como Los Ángeles. La agricultura, que consume el 50% del agua nacional, se beneficia de tarifas subsidiadas para agua reciclada, garantizando la seguridad alimentaria. En 2016, Israel alcanzó un superávit hídrico, un hito para un país donde el 50% del territorio es semiárido. Esto ha permitido rellenar el Mar de Galilea en épocas de sequía y explorar la exportación de agua a países vecinos.

El impacto ambiental se aborda con políticas estrictas. La Autoridad del Agua de Israel supervisa la calidad del agua desalinizada, aunque en 2019, una investigación del Ministerio de Energía detectó irregularidades en Sorek y Palmachim, donde los niveles de cloruro excedieron los límites permitidos. Las sanciones aplicadas alcanzaron los 13 millones de USD, y se implementaron controles más rigurosos. La organización Adam Teva V’Din advirtió que el exceso de salinidad podría dañar suelos agrícolas y tuberías, pero las correcciones han asegurado el cumplimiento de estándares.

Israel colabora con países como Jordania y la Autoridad Palestina en proyectos hídricos. El acuerdo de 1994 con Jordania incluye el intercambio de 14 mil millones de galones/año de agua desalinizada. La ciudad de Eilat obtiene el 100% de su agua de desalinización, demostrando la viabilidad del modelo en regiones áridas. La experiencia de Israel ha inspirado proyectos globales, como la planta de Carlsbad en California, construida por IDE Technologies, que abastece a 300,000 personas.

La gestión hídrica de Israel se basa en una visión integral. Desde la fundación de Mekorot en 1937, el país ha priorizado la infraestructura hídrica, enfrentando desafíos climáticos y geopolíticos. La combinación de desalinización, reciclaje y tecnologías como el riego por goteo ha permitido a Israel superar la escasez de agua, ofreciendo un modelo replicable para regiones con recursos hídricos limitados.

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