Investigadores del Volcani Institute desarrollaron en 1974 el melón Galia, híbrido dulce, jugoso y resistente a enfermedades, con gran impacto económico global.
Origen y desarrollo del melón Galia en Israel
En 1974, los investigadores Zvi Karchi y Anneke Govers, del Volcani Institute en Israel, lanzaron al mercado el melón Galia, un híbrido que marcó un hito en la agricultura global. Este melón, descendiente del cultivar Ha’Ogen, combina una dulzura intensa, pulpa jugosa de color verde claro y una textura firme que lo distingue de otras variedades. El objetivo principal de su desarrollo fue crear una fruta atractiva para el consumidor, con una vida útil prolongada y resistencia a enfermedades fúngicas, como el mildiu polvoroso, que afecta a numerosos cultivos. El trabajo de Karchi y Govers respondió a la necesidad de optimizar la producción en climas cálidos, donde las condiciones ambientales suelen ser desafiantes para los melones tradicionales.
El proceso de hibridación del melón Galia se basó en cruces selectivos para mejorar características específicas. Los investigadores buscaron un equilibrio entre sabor, aroma y durabilidad, logrando una fruta que no solo satisface al paladar, sino que también soporta el transporte de larga distancia. Según Harry Paris, científico senior del Volcani Institute, “Galia ha tenido éxito porque se ve, huele y sabe bien”, lo que incentiva a los consumidores a repetir su compra. Esta combinación de cualidades convirtió al Galia en un producto estrella en los mercados internacionales, especialmente en regiones con alta demanda de frutas frescas.
El Volcani Institute, fundado en 1921, ha sido un pilar en la investigación agrícola israelí, enfocándose en soluciones para maximizar rendimientos en entornos áridos. La creación del melón Galia se inscribe en una tradición de innovación que incluye otros cultivos exitosos, como el pepino Bet Alpha y la calabaza Orangetti. El instituto colaboró con empresas privadas para licenciar variedades derivadas del Galia, ampliando su presencia en el mercado global. Estas licencias permitieron a productores de diversos países adoptar el cultivo, adaptándolo a sus condiciones locales.
El melón Galia se cultiva hoy en regiones cálidas de Israel, América Latina, Europa meridional y partes de África. Su adaptabilidad a climas secos y suelos variados lo ha convertido en una opción preferida para agricultores que buscan rentabilidad. En Israel, el cultivo de Galia se concentra en áreas como el Valle del Jordán y el desierto del Néguev, donde las técnicas de riego por goteo, también desarrolladas en el país, optimizan el uso del agua.
D0 de melón Galia: Datos clave para entender su impacto
- Producción anual: Se estima que el melón Galia genera exportaciones por valor de cientos de millones de dólares anualmente.
- Resistencia: Su resistencia al mildiu polvoroso reduce hasta un 30% las pérdidas por enfermedades fúngicas.
- Mercados principales: España, México, Brasil y Turquía lideran la producción fuera de Israel.
- Valor nutricional: Rico en vitamina C y potasio, con aproximadamente 25 kcal por 100 gramos.
- Tiempo de cosecha: Requiere 80-90 días desde la siembra hasta la recolección en climas cálidos.
Impacto económico y expansión global del melón Galia

El melón Galia generó un impacto económico significativo desde su introducción. En las primeras décadas tras su lanzamiento, las exportaciones de este híbrido alcanzaron un valor acumulado de varios millones de dólares, consolidando a Israel como un líder en la innovación agrícola. Países como España, México y Brasil adoptaron el cultivo a gran escala, aprovechando sus climas cálidos y la demanda creciente en Europa y América del Norte. En Turquía y Marruecos, el Galia se convirtió en un cultivo clave para la exportación, con volúmenes que superan las 100,000 toneladas anuales en algunos años.
La facilidad de transporte del melón Galia, gracias a su piel gruesa y su vida útil de hasta tres semanas tras la cosecha, facilitó su distribución global. En mercados como Reino Unido, Alemania y Estados Unidos, los consumidores valoran su consistencia y sabor, lo que ha generado una demanda estable. En América Latina, países como Chile y Perú han integrado el Galia en sus sistemas de agricultura intensiva, con exportaciones dirigidas principalmente a la Unión Europea.
El éxito del Galia también impulsó la investigación de nuevas variedades derivadas. Empresas como Hazera Genetics y Origene Seeds han desarrollado subvariedades con características específicas, como mayor dulzura o tamaños más pequeños, adaptadas a mercados nicho. Estas innovaciones han mantenido al melón Galia competitivo frente a otras frutas tropicales, como el mango y la piña, en los supermercados internacionales.
En Israel, el melón Galia representa un ejemplo de cómo la investigación agrícola puede transformar la economía local. El país exporta anualmente más de 2,000 millones de dólares en productos agrícolas, con los melones, incluidos el Galia y el Ha’Ogen, entre los principales cultivos. Esta capacidad de generar valor en un entorno con recursos limitados, como agua y tierra arable, refleja la importancia de la tecnología agrícola en la estrategia económica nacional.
Contexto histórico de la innovación agrícola en Israel
La creación del melón Galia se enmarca en un contexto más amplio de avances agrícolas en Israel. Desde principios del siglo XX, el país ha priorizado la investigación para maximizar la productividad en condiciones adversas. El Volcani Institute, junto con instituciones como la Universidad Hebrea, ha liderado proyectos que van desde el desarrollo de cultivos resistentes hasta sistemas de riego eficientes. Otros ejemplos incluyen el tomate cherry, introducido en la década de 1990, y la manzana Anna, adaptada a climas cálidos.
En la década de 1970, cuando se lanzó el Galia, Israel enfrentaba desafíos económicos y políticos, incluyendo la necesidad de diversificar sus exportaciones. La agricultura se convirtió en un pilar estratégico, con cultivos de alto valor como el melón Galia desempeñando un rol clave. La colaboración entre el sector público y privado, junto con la inversión en genética vegetal, permitió al país posicionarse como un referente en el mercado global de frutas y verduras.
El melón Galia también se benefició de la experiencia israelí en la gestión del agua. Técnicas como el riego por goteo, desarrolladas en los años 1960 por la empresa Netafim, aumentaron los rendimientos del cultivo en regiones áridas. Esta tecnología, combinada con la selección genética, permitió a los agricultores israelíes producir melones de alta calidad con un uso mínimo de recursos.
Hoy, el melón Galia sigue siendo un símbolo de la capacidad de Israel para innovar en la agricultura. Su cultivo se ha expandido a más de 20 países, y su presencia en los mercados globales continúa creciendo. La investigación en el Volcani Institute no se detiene, con proyectos en curso para mejorar la resistencia del Galia a nuevas enfermedades y adaptarlo a los desafíos del cambio climático.