Una nueva teoría ha intentado explicar si los agujeros de gusano, una conexión teórica de dos puntos separados en el espacio-tiempo, pueden utilizarse como medio viable para los viajes espaciales en el futuro.
¿Pero qué son los agujeros de gusano?
Teorizados por el gigante de la física Albert Einstein y por el físico estadounidense-israelí Nathan Rosen, que acuñó el término “puente Einstein-Rosen”, un agujero de gusano es un atajo hipotético que podría facilitar el viaje entre dos puntos del espacio-tiempo que, de otro modo, estarían alejados. Aunque los agujeros de gusano nunca se han observado, su posible existencia es compatible con la teoría de la relatividad general de Einstein, pero hay teorías contrarias que sugieren que no pueden existir.
Antes de un nuevo estudio del físico Pascal Koiran, se creía que se necesitaría una forma de materia exótica teórica para mantener abierto un agujero de gusano, ya que desaparecería rápidamente tras su creación sin una fuerza que impidiera su cierre.
Ahora, un nuevo estudio, publicado en la revista científica arXiv en octubre, sugiere que los agujeros de gusano podrían ser más estables de lo que se pensaba.
Koiran propone analizar los agujeros de gusano utilizando no la popular métrica de Schwartzchild que se usa habitualmente para analizar los agujeros negros, sino la métrica de Eddington-Finkelstein.
El estudio descubrió que, utilizando la métrica de Eddington-Finkelstein, se podía documentar el paso de una partícula por el horizonte de sucesos, el punto de cruce hacia el agujero de gusano, atravesarlo y llegar al otro lado en un tiempo finito. Esto significa que la trayectoria de una partícula que atraviesa un agujero de gusano podría trazarse más fácilmente utilizando esta métrica.
Si las partículas pueden atravesar un agujero de gusano y llegar ilesas al otro lado, tal vez algún día los seres humanos puedan viajar a través de un agujero de gusano y alcanzar puntos distantes en el espacio-tiempo que están fuera de su alcance actualmente.