Además de ser el mejor amigo del hombre, los perros pueden olfatear a los enfermos de COVID-19, según un nuevo estudio publicado el lunes en BMJ Global Health.
El estudio, revisado por expertos, se llevó a cabo en parte en el aeropuerto internacional de Helsinki-Vantaa (Finlandia), además de un ensayo de validación aleatorizado y triplemente ciego. Los perros fueron entrenados con muestras de piel para detectar casos de COVID-19. Se trataba de muestras de piel olfateadas de 114 personas que dieron positivo al virus y de 306 que dieron negativo con una precisión de aproximadamente el 92 %.
En el estudio se utilizaron cuatro perros en total y se les entrenó para detectar el virus generalizado utilizando hisopos de piel de las personas que dieron positivo en la prueba de COVID.
El estudio plantea la hipótesis de que los perros pueden emplearse “como método para ahorrar tiempo o incluso como único método de prueba cuando no se disponga de otros enfoques”. El estudio también podría usarse en la práctica básica contra la propagación del COVID mediante el uso de perros rastreadores entrenados para detectar el virus, que se colocarían en aeropuertos públicos y concentraciones masivas similares.
Para indicar correctamente el virus, en el entrenamiento se expuso inicialmente a los perros a latas que contenían muestras positivas y “se les enseñó a indicar una lata con una muestra positiva”. Después, se les presentó una muestra negativa en paralelo a la positiva para que los perros fueran capaces de distinguir entre ambas. Se emplearon golosinas como refuerzo positivo si los perros cumplían las órdenes.
Los perros del estudio continuaban su entrenamiento en el aeropuerto internacional de Helsinki-Vantaa si lograban un porcentaje de éxito de al menos 4 de 5 veces en la detección de muestras positivas.
Hay que tener en cuenta que, en el momento del entrenamiento, las variantes del virus aún no habían aparecido en Finlandia.